CAMINOS DE ESPERANZA, EN EL DÍA DE LA CARIDAD
Fuerte compromiso de acompañar la vida, el bien común y la solidaridad
Una festividad que conmemoramos el día 2 de junio
Un año más vamos a celebrado el día de la Caridad, la festividad del Corpus Christi, el próximo 2 de junio, como centro de espiritualidad cristiana con la finalidad de partirnos y repartirnos allí donde nos necesitan nuestros hermanos más vulnerables. Un camino que vamos recorrido a nivel diocesano saliendo al encuentro pada acompañar la vida, comprometiéndonos con el bien común y cultivando la solidaridad en comunidad.
Hemos recordado que abrir camino a la esperanza es practicar una caridad comprometida y anunciar la Buena Noticia. Lo que quiere significar abrir caminos a la esperanza allí donde nos necesitan. Por tal motivo hacemos visible y ponemos en el centro de esta celebración la realidad de tantas personas que un día han perdido el rumbo o el sentido de su vida, que no encuentran esa oportunidad para salir adelante, encontrar un trabajo o un lugar donde vivir, librarse de la violencia machista y encontrar alguien que les escuche y les alivie la soledad.
Un camino que recorremos permanentemente ofreciendo amor en forma de escucha, acogida, tiempo, oportunidad o invitación a participar en un proyecto común. Un proceso que debemos llevar a cabo de forma permanente en base a tres pilares:
1.- Salir al encuentro para acompañar la vida y de este modo podamos llegar a las personas allí donde estén: en sus casas, en los hospitales, en las residencias, en los centros de acogida, “para reconocerlos realmente y hacerlos parte de nuestra vida”, como nos recuera el papa Francisco.
2.- Comprometiéndonos con el bien común. Una realidad que en Cáritas después de cada acogida hay unas redes de personas y recursos organizados para acompañar y promover caminos de esperanza. Por ello es fundamental que podamos compartir tiempo, ideas o habilidades para mejorar la vida de quienes menos oportunidades tienen.
3.-Cultivando la solidaridad en comunidad para poner en valor que las relaciones solidarias son aquellas en las que el amor recíproco nos ayuda a llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido. Un desarrollo en el que la gratitud y generosidad que se comparte haciendo voluntariado nos enseña a mirar a los demás como hermanos.