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09 Jul

EL ARZOBISPO PIDE RECONOCER EL ESFUERZO DE LAS GENTES DEL MAR “EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA SOCIEDAD”

 

 Emocionado recuerdo a los fallecidos en la mar

 Carta Pastoral de monseñor Barrio

Con un emocionado recuerdo a los marineros víctimas de siniestros en la mar, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, dirige una Carta Pastoral a la gran familia marinera con ocasión de la Fiesta de la Virgen del Carmen. “Os hago llegar a todos, especialmente a la familia del mar, mi mensaje de cercanía y comunión”, asegura monseñor Barrio. El arzobispo se refiere a “los diocesanos que, a lo largo de este último año, han perdido sus vidas en los trabajos del mar: los tres fallecidos en el Sin Querer 2 de Cambados: Manuel Serén, Bernardino Padín y Teófilo Rodríguez, así como el desaparecido en dicho naufragio: Guillermo Casais; igualmente recuerdo al fallecido en Malpica, José Ángel Silvosa, marinero del A Silvosa.

Las familias

En la carta, monseñor Barrio se dirige a las familias de los fallecidos, “que sufren su ausencia”, a las que anima “a no decaer en la fe y a buscar el consuelo en el Señor, que nunca nos abandona, y en la comunidad cristiana, que con su cercanía y oración sabe enjugar las lágrimas de los que sufren. Al recordar a estos hermanos nuestros y a tantos otros que, viviendo en condiciones no exentas de riesgo, trabajan por el bien de nuestra sociedad, en la pesca, en el transporte marítimo o en las distintas misiones de la Armada, debemos reconocer su esfuerzo en la construcción de la sociedad, y como cristianos estimarlos como hermanos queridos y comprender sus dificultades”.

“Queridas gentes del mar”, continúa el arzobispo, “el lema que la Iglesia nos ofrece este año para la fiesta del Carmen, es todo un signo de confianza, de ánimo y de esperanza en el Señor: “Confía, marinero, dale a Él tu timón”. Es un grito fraterno, para que cada uno de nosotros, también los hombres y mujeres de la mar, abramos nuestro corazón a Cristo y le dejemos dirigir nuestras vidas”.

Trabajadores del mar

El arzobispo afirma ser “consciente de las muchas dificultades que las personas que trabajan en el mar afrontan para procurar a los suyos un futuro mejor, contribuyendo así, igualmente, al progreso de la sociedad”. Y señala que hay “dificultades de toda índole, no siendo las menores las de orden personal y familiar: las largas ausencias, la soledad, el no poder compartir acontecimientos importantes con los miembros de la familia para celebrar su gozo o para confortarlos en los momentos de dolor, también el cansancio, las agotadoras jornadas laborales y la falta de tiempos adecuados para descansar en puerto, ya que los avances tecnológicos han reducido significativamente el tiempo de atraque en los puertos, dificultando asimismo la labor de los voluntarios que ofrecen asesoramiento laboral o espiritual”.

La carta finaliza pidiendo “que la Virgen del Carmen os ampare en vuestras singladuras y vuestro trabajo, y proteja a vuestras familias, os ofrezco mis oraciones y os bendigo de todo corazón”.