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03 Oct

EL TRABAJO DECENTE TIENE QUE SER UNA REALIDAD ACCESIBLE PARA TODOS

7 de octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente

 

Estas entidades recuerdan la apuesta común alcanzada en junio pasado durante la 108ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, en la que se celebró su Centenario, “de aprovechar todo el potencial del progreso tecnológico y el crecimiento de la productividad para lograr trabajo decente y desarrollo sostenible, que permitan asegurar la dignidad, la realización personal y una distribución equitativa de los beneficios para todos”.

Efectos de la precariedad laboral

Al mismo tiempo, y en el marco de este 7 de octubre, desde la ITD se pone el foco en los efectos negativos de la precariedad laboral, que se traduce en “vidas truncadas, vulnerables y violentadas de personas explotadas y abusadas por contratos temporales y eventuales, con sueldos que no concuerdan con las horas realizadas, sin seguridad en el puesto de trabajo y sujetos a una flexibilidad que acaba quebrando la dimensión personal de las personas trabajadoras al imposibilitar una verdadera conciliación entre trabajo, familia, descanso, participación social y ocio”.

Como se afirma en el Manifiesto, “seguimos constatando cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras sigue aumentado el número de trabajadores y trabajadoras pobres”.

Propuestas

A la denuncia de esta realidad, las entidades promotoras de la ITD plantean cuatro propuestas concretas:

–     El compromiso de todos los poderes públicos en la construcción de un sistema económico, social y laboral justo, fraterno y sostenible que sitúe a la persona en el centro.

–     Un trabajo que garantice la dignidad y la justicia, así como el desarrollo integral de la persona, especialmente de aquellas más descartadas y excluidas.

–     Un modelo de trabajo que sea fuente de reconocimiento social y personal, a través de la dignificación de los cuidados, con nuevos planteamientos de políticas sociales, de género y educativas en igualdad entre mujeres y hombres, sin olvidar el derecho a una conciliación real de la vida familiar y laboral.

–     Y un trabajo que sea realmente para la vida, que se realice en un entorno de seguridad y salud, con condiciones que garanticen la integridad física y psíquica de la persona.

En el Manifiesto, las entidades renuevan su compromiso de acompañamiento de “esta dura realidad social y sus efectos deshumanizadores” y su disposición a “estar alerta para denunciar, desde la ternura, la compasión y el estilo de vida de Jesús de Nazaret, la denigración que está sufriendo la persona y el trabajo”.

Sínodo especial para la Amazonía

Concluyen este llamamiento con una referencia al Sínodo especial para la Amazonía, que acaba de comenzar en Roma y cuya temática atañe directamente a la misión y visión de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente. “La defensa de la Creación –señalan las entidades— nos involucra directamente en la defensa de unas condiciones laborales dignas para quienes se ven sometidos, bajo escandalosas condiciones de explotación, a prácticas productivas insostenibles con la dignidad humana y el equilibrio medioambiental”.