“HEMOS DE PONER CARA AL SINHOGARISMO Y HACER VISIBLES A ESTAS PERSONAS ACERCÁNDONOS A ELLAS Y RECONOCERNOS EN ELLAS “(monseñor Barrio)
Carta pastoral del arzobispo con motivo de la Jornada de las Personas sin Hogar que se celebra el día 27
“Sería una conclusión equivocada. Siempre podremos hacer algo con el fin de quien vagan sin sentido en las calles de nuestras ciudades y duermen a la intemperie, puedan tener un hogar a lo que tienen derecho”, señala en una Carta Pastoral el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio refiriéndose a la celebración el día 27 de la Jornada de las Personas sin Hogar que celebra Cáritas
“Sería un buen ejercicio”, indica el arzobispo, “para avivar nuestra sensibilidad, el intentar ponernos en el lugar de estas personas. Alguien me comentó que un día, ofreciendo una imagen de harapiento, se puso a pedir en las calles para comprobar lo que significaba esta actitud. Fue todo un descubrimiento doloroso no imaginado”. Monseñor Barrio comenta que “hemos de poner cara al sinhogarismo y hacer visibles a estas personas acercándonos a ellas y reconocernos en ellas. Aceptar una cultura social que excluye y descarta no es humano”.
Doloroso signo de nuestros tiempos
En su carta pastoral, el prelado recuerda que “los que no tienen hogar son pobres todavía más pobres, y cada una de estas personas arrastra el peso de un problema diferente”, al tiempo que señala que “es un doloroso signo de nuestros tiempos el que más de cien millones de personas se encuentren en esa situación y que revela el fracaso de nuestra sociedad”. Monseñor Barrio afirma que “nos encontramos ante una emergencia social que ha de llevarnos a ser sensibles al sufrimiento que supone vivir sin hogar”. Además, asegura que “hay que decir basta y no podemos habituarnos a pensar que siempre fue así, contribuyendo a la degradación de la dignidad de la persona. Otra forma de vivir es posible, aplicando políticas adecuadas que remuevan los obstáculos que impiden realizar y participar en el bien común con una voluntad política concretada y una responsabilidad colectiva de todos”.
En su Carta Pastoral hace mención “hay que poner nuestro oído en el corazón de estas personas. La falta de vivienda, que es un problema en sí incluso bastante grave, es digno de ser considerado como signo o síntesis de toda una serie de insuficiencias económicas, sociales, culturales o simplemente humanas” .
Acaba indicando que la jornada del domingo 27 de octubre “nos conciencia de que todos hemos de trabajar en la medida de nuestras posibilidades para que las personas sin hogar puedan tenerlo. No corramos el riesgo de quedar atrapados por los puros intereses económicos”.Finaliza insistiendo en que “la capacidad de ser solidario es uno de los frutos de la pobreza. La dignidad de los demás es nuestra dignidad. Escuchemos su queja y alentemos su esperanza”.