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13 Nov

II Jornada Mundial de los Pobres

*La Conferencia Episcopal Española y Cáritas llaman a descubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables

 *Convocada por el Papa Francisco, este año la convocatoria lleva como lema «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó»

Por segundo año consecutivo, en el marco de la II Jornada Mundial de los Pobres, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas se suman a la celebración en España de esta convocatoria, puesta en marcha por iniciativa del Papa Francisco y que se conmemora en todo el mundo el domingo 18 de noviembre.

Esta celebración es una ocasión idónea para poner de relieve el protagonismo de los más pobres en la vida de las comunidades. El lema bajo el que se convoca esta II Jornada es: «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”. Son unas palabras que, como señala Francisco en su mensaje para la jornada, “se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de pobres´”.

Tres palabras claves

El mensaje del Papa contiene tres palabras claves que nos ayudan a situarnos de cara a preparar y animar la jornada:

  • Gritar: El grito o clamor del que sufre, necesita de nuestro silencio para acogerle y escucharle.
  • Responder: Dios responde e interviene en la historia de la Humanidad curando heridas, restituyendo la justicia e impulsando a vivir la vida con dignidad; y nos invita a nosotros, su Iglesia, Pueblo de Dios, a responder de la misma forma, con ternura y misericordia.
  • Liberar: Para salvar, acoger, proteger, acompañar e integrar a las personas que más sufren.
Los objetivos de la Jornada

La Conferencia Episcopal y Cáritas recuerdan que uno de los objetivos prioritarios de la celebración es redescubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables de nuestras comunidades, a través de la oración comunitaria y la comida del domingo, el banquete de la Eucaristía, como expresión de la mesa compartida en familia.

Junto a ello, se subraya también la invitación a seguir el ejemplo de la primera comunidad cristiana que perseveraba en las enseñanzas de Jesús, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, aprendiendo a vivir unidos y compartiendo los bienes que repartían entre ellos para que ninguno pasara necesidad .

Tiene importancia lo que, a este respecto, critica Francisco en su mensaje, cuando confiesa que “a menudo me temo que tantas iniciativas, aunque de suyo meritorias y necesarias, estén dirigidas más a complacernos a nosotros mismos que a acoger el clamor del pobre”, al tiempo que denuncia cómo “se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso, que se piensa que un gesto de altruismo bastaría para quedar satisfechos, sin tener que comprometerse directamente”.

De ahí que la Jornada Mundial de los Pobres “pretenda ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío”.

La Iglesia comprometida

En el marco de esta convocatoria, la Iglesia quiere poner en valor la dimensión estratégica que la lucha contra la pobreza tiene en su misión evangelizadora, impregnada toda ella de la acción pastoral que se desarrolla a través de miles de comunidades parroquiales, las Diócesis y las distintas instituciones socio-caritativas, como es el caso de Cáritas.

De acuerdo a los datos aportados en la última Memoria de actividades de la Conferencia Episcopal, más de 4.7 millones de personas en situación de precariedad social fueron acompañadas y atendidas en alguno de los 9.110 centros sociales y asistenciales de la Iglesia en todas España.

 

 

 

 

 

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