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01 Abr

INFORME FOESSA: LA FORTALEZA SOCIAL EVITA EL RIESGO DE FRACTURA SOCIALINFORME FOESSA: A FORTALEZA SOCIAL EVITA O RISCO DE FRACTURA SOCIAL

FOESSA  14Escenario social de pobreza creciente y derechos menguantes

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La calidad y fortaleza de las relaciones sociales en España son un recurso de vital importancia para evitar el riesgo de fractura social generado por los efectos de la crisis en los niveles de renta y de desigualdad. Esta es una de las constataciones más llamativas contenidas en el documento Análisis y Perspectivas 2014 presentado  la Fundación FOESSA y Cáritas .El análisis  que ve la luz bajo el título “Pobreza y Cohesión Social”, confirma que el capital social y relacional de la sociedad española no presenta indicios que indiquen que se esté viendo afectado por el deterioro significativo que sí se registra en ámbitos como el económico, la salud o la vivienda.  

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Para los expertos de FOESSA, esto supone una oportunidad a la hora de construir una respuesta más solidaria y participativa a los efectos de una crisis que siguen siendo visibles, si se tiene en cuenta que durante 2013 se ha consolidado la tendencia de pérdida de disminución del nivel medio de renta en España –un retroceso de dos puntos y medio desde 2010— y se han agudizado las diferencias de renta entre los hogares.

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Según los datos analizados en el documento, la renta media de la población española es, en términos reales, inferior a la que había en el año 2000, hasta el punto de que el nuestro se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea donde la renta se reparte de manera más inequitativa. Además, las formas más severas de pobreza son las que más han aumentado con la crisis, llevando a nuestro país a los primeros puestos del ranking europeo en cualquier clasificación que se haga de indicadores de pobreza.

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Caída de las rentas y aumento de la desigualdad

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Al mismo tiempo, se da un doble proceso de empobrecimiento de la sociedad española, caracterizado por una caída de las rentas y el aumento de la desigualdad en su reparto, con un hundimiento de las rentas más bajas. Esto ha supuesto que el porcentaje de hogares sin ingresos haya crecido del 2% al 4% en el último trimestre de 2013 y que el número de hogares en esta situación haya pasado desde unos 300.000 a mediados de 2007 a casi 700.000 a finales de 2013.

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Si más allá de pobreza económica hablamos de exclusión social, FOESSA comprueba cómo el empeoramiento de la situación social en España se extiende a amplios sectores de la población. Actualmente, solo 1 de cada 3 personas en nuestro país se encuentra libre de los 35 problemas que se han identificado en el primer avance de resultados la Encuesta FOESSA, lo que suponen 16,5 puntos menos que en 2007. Ese núcleo central de la sociedad española que llamamos integración plena es ya una estricta minoría, mientras que el espacio social de la exclusión social –que era en torno a un 16,3% de la población en 2007–, se ha intensificado notablemente hasta alcanzar al 25,1% de los hogares en 2013

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Un total de 11,7 millones de personas (3,8 millones de hogares) están afectadas en España por distintos procesos de exclusión social, lo que supone 4,4 millones de personas más que en 2007 (un incremento del 60,6%).

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Asimismo, 5 millones de personas se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007.

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Retroceso en empleo, vivienda y salud

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No cabe duda de que son los ámbitos del empleo, de la vivienda y de la salud los que más han aportado al aumento de la fractura social:

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– La incidencia de los problemas de exclusión del empleo se multiplican por 2,5 y los de salud se duplican. Nada parece indicar que la implementación de la reforma laboral haya contribuido a la creación de empleo –que ha seguido destruyéndose después de su puesta en marcha– ni a la reducción de la temporalidad de las nuevas contrataciones.

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– Los problemas de vivienda, que partían de un nivel relativamente elevado, se incrementan un 36%.

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– Es significativo el incremento de los hogares que para mantener su vivienda deben hacer un esfuerzo económico tan importante que los coloca en situaciones de pobreza severa una vez descontados los gastos de vivienda.

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– Y es también importante el aumento de hogares que presentan dificultades para comprar medicamentos.

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El papel nuclear de la familia

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En este contexto, sin embargo, existen indicadores que apuntan al mantenimiento de un gran recurso de capital social en la sociedad española, que es de vital importancia preservar: el papel desempeñado por la familia ha sido una muestra evidente de un poderosísimo elemento nuclear con el que cuenta nuestra sociedad para enfrentar las situaciones más complicadas.

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Aún con políticas sociales insuficiente y con escasa protección, la familia –y, en general, las redes sociales primarias y las relaciones entre la ciudadanía– siguen resistiendo. Sufriendo el desgaste que implica la crisis, pero demostrando ser uno de los cimientos sobre los que construir.

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¿Qué está en juego?

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En “Pobreza y Cohesión Social” se pone de manifiesto que ni la pobreza ni la exclusión social son exclusivas de esta época. Lo que la crisis ha evidenciado es el carácter contracíclico de nuestra economía, es decir, crece la pobreza en época de recesión, pero no se recupera en la misma medida en épocas expansivas.

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Sin duda alguna, es el modelo –como Cáritas y FOESSA vienen insistiendo desde hace tiempo– lo que corresponde revisar y, en concreto, si nuestro país apuesta firmemente por un modelo en el que la persona y su dignidad ocupen el lugar central de todas las prioridades, y donde el bien común marque la hoja de ruta.

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Como han señalado en la presentación del documento Francisco Lorenzo y Guillermo Fernández, coordinador y técnico, respectivamente, del Equipo de Estudios de Cáritas Española y de FOESSA, algunas de esas apuestas parecen haber quedado en el olvido.

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Así lo demuestra que durante 2013 no solo no se invirtieron los procesos que desde 2010 vienen restringiendo el acceso a los derechos sociales, sino que se ha seguido avanzando por la senda de recortes en algunos bienes básicos, la pérdida de intensidad protectora de prestaciones sociales y la creciente exclusión de grupos de población de algunos servicios básicos de bienestar.

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En ese sentido, los expertos de FOESSA alertan de que la progresiva diferenciación ciudadana en el acceso a derechos básicos marcará nuestra estructura social en los próximos años que, en una visión muy sintética, muestra una tendencia que podría resumirse como de pobreza creciente y derechos menguantes.

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Otro camino es posible

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Se observa, asimismo, que la ciudadanía no acepta que ese deba ser el único camino posible, como demuestran algunos hechos:

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– Entidades como Cáritas ven incrementarse el número de personas que se acercan a sus puertas para implicarse como voluntarias y como colaboradores.

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– Son muchas las organizaciones ciudadanas que han expresado en diferentes ocasiones que el gasto público en determinados ámbitos, debe ser considerado como una inversión social y no como un gasto a reducir.

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– Se consolidan determinadas iniciativas sociales o de economía solidaria, que dejan de ser prácticas marginales.

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Lo que está en juego no es el porqué de esta crisis, sino cómo queremos salir de la misma. En este sentido, la propuesta de Cáritas es la de salir todos y cada uno, juntos y sin que nadie quede abandonado a su suerte y a las injusticias de un modelo que claramente ha mostrado sus debilidades.

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Como los autores de “Pobreza y Cohesión social” insisten en recordar, no es posible esperar más para llevar a cabo medidas redistributivas que impulsen procesos de cohesión social.

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“Caminar hacia un modelo dualizado –asegura Francisco Lorenzo– es aventurarnos a la falta de entendimiento y de convivencia. Es renunciar a la construcción de un proyecto común. Por el contrario, un compromiso firme por la cohesión social, por el ´rescate a las personas´, supondrá sentar las bases de una recuperación real que vaya más allá de algunos indicadores macroeconómicos”. “La sociedad recuperará la credibilidad en aquellos proyectos e instituciones que apuesten firmemente por ello”, añade.

FOESSA  14Escenario social de pobreza crecente e dereitos menguantes

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A calidade e fortaleza das relacións sociais en España son un recurso de vital importancia para evitar o risco de fractura social xerado polos efectos da crise nos niveis de renda e de desigualdade. Esta é unha das constatacións máis rechamantes contidas no documento Análise e Perspectivas 2014 presentado  a Fundación FOESSA e Cáritas. A análise que ve a luz baixo o título «Pobreza e Cohesión Social», confirma que o capital social e relacional da sociedade española non presenta indicios que indiquen que se estea vendo afectada a deterioración significativa que si se rexistra en ámbitos como o económico, a saúde ou a vivenda.\r\nPara os expertos de FOESSA, isto supón unha oportunidade á hora de construír unha resposta máis solidaria e participativa aos efectos dunha crise que seguen sendo visibles, se se ten en conta que durante 2013 consolidouse a tendencia de perda de diminución do nivel medio de renda en España «un retroceso de dous puntos e medio dende 2010» e agudizáronse as diferenzas de renda entre os fogares.\r\n Segundo os datos analizados no documento, a renda media da poboación española é, en termos reais, inferior á que había no ano 2000, até o punto de que o noso se converteu nun dos países da Unión Europea onde a renda repártese de maneira máis inequitativa. Ademais, as formas máis severas de pobreza son as que máis aumentaron coa crise, levando ao noso país aos primeiros postos do ranking europeo en calquera clasificación que se faga de indicadores de pobreza.\r\n

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Caída das rendas e aumento da desigualdade

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Ao mesmo tempo, dáse un dobre proceso de empobrecemento da sociedade española, caracterizado por unha caída das rendas e o aumento da desigualdade na súa repartición, cun afundimento das rendas máis baixas. Isto supuxo que a porcentaxe de fogares sen ingresos crecese do 2% ao 4% no último trimestre de 2013 e que o número de fogares nesta situación pasase dende uns 300.000 a mediados de 2007 a case 700.000 a finais de 2013.\r\nSe máis aló de pobreza económica falamos de exclusión social, FOESSA comproba como o empeoramento da situación social en España esténdese a amplos sectores da poboación. Actualmente, só 1 de cada 3 persoas no noso país atópase libre dos 35 problemas que se identificaron no primeiro avance de resultados da Enquisa FOESSA, o que supoñen 16,5 puntos menos que en 2007. Ese núcleo central da sociedade española que chamamos integración plena é xa unha estrita minoría, mentres que o espazo social da exclusión social –que era ao redor dun 16,3% da poboación en 2007–, intensificouse notablemente até alcanzar ao 25,1% dos fogares en 2013\r\nUn total de 11,7 millóns de persoas (3,8 millóns de fogares) están afectadas en España por distintos procesos de exclusión social, o que supón 4,4 millóns de persoas máis que en 2007 (un incremento do 60,6%).\r\nAsí mesmo, 5 millóns de persoas atópanse xa afectadas por situacións de exclusión severa, un 82,6% máis que en 2007.

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Retroceso en emprego, vivenda e saúde

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Non cabe dúbida de que son os ámbitos do emprego, da vivenda e da saúde os que máis achegaron ao aumento da fractura social:\r\n- A incidencia dos problemas de exclusión do emprego multiplícanse por 2,5 e os de saúde duplícanse. Nada parece indicar que a implementación da reforma laboral contribuuse á creación de emprego –que seguiu destruíndose despois da súa posta en marcha– nin á redución da temporalidade das novas contratacións.\r\n- Os problemas de vivenda, que partían dun nivel relativamente elevado, increméntanse un 36%.\r\n- É significativo o incremento dos fogares que para manter a súa vivenda deben facer un esforzo económico tan importante que os coloca en situacións de pobreza severa unha vez descontados os gastos de vivenda.\r\n- E é tamén importante o aumento de fogares que presentan dificultades para comprar medicamentos.

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O papel nuclear da familia

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Neste contexto, con todo, existen indicadores que apuntan ao mantemento dun gran recurso de capital social na sociedade española, que é de vital importancia preservar: o papel desempeñado pola familia foi unha mostra evidente dun poderosísimo elemento nuclear co que conta a nosa sociedade para enfrontar as situacións máis complicadas.\r\nAínda con políticas sociais insuficiente e con escasa protección, a familia -e, en xeral, as redes sociais primarias e as relacións entre a cidadanía– seguen resistindo. Sufrindo o desgaste que implica a crise, pero demostrando ser un dos cimentos sobre os que construír.

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¿Que está en xogo?

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En «Pobreza e Cohesión Social» ponse de manifesto que nin a pobreza nin a exclusión social son exclusivas desta época. O que a crise evidenciou é o carácter contracíclico da nosa economía, é dicir, crece a pobreza en época de recesión, pero non se recupera na mesma medida en épocas expansivas.\r\nSen ningunha dúbida, é o modelo «como Cáritas e FOESSA veñen insistindo desde hai tempo» o que corresponde revisar e, en concreto, se o noso país aposta firmemente por un modelo no que a persoa e a súa dignidade ocupen o lugar central de todas as prioridades, e onde o ben común marque a folla de ruta.\r\nComo sinalaron na presentación do documento Francisco Lorenzo e Guillermo Fernández, coordinador e técnico, respectivamente, do Equipo de Estudos de Cáritas Española e de FOESSA, algunhas desas apostas parecen quedar no esquecemento.\r\nAsí o demostra que durante 2013 non só non se investiron os procesos que desde 2010 veñen restrinxindo o acceso aos dereitos sociais, senón que se seguiu avanzando pola senda de recortes nalgúns bens básicos, a perda de intensidade protectora de prestacións sociais e a crecente exclusión de grupos de poboación dalgúns servizos básicos de benestar.\r\nNese sentido, os expertos de FOESSA alertan de que a progresiva diferenciación cidadá no acceso a dereitos básicos marcará a nosa estrutura social nos próximos anos que, nunha visión moi sintética, mostra unha tendencia que podería resumirse como de pobreza crecente e dereitos menguantes.

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Outro camiño é posible

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Obsérvase, así mesmo, que a cidadanía non acepta que ese deba ser o único camiño posible, como demostran algúns feitos:\r\n- Entidades como Cáritas ven incrementarse o número de persoas que se achegan ás súas portas para implicarse como voluntarias e como colaboradores.\r\n- Son moitas as organizacións cidadás que expresaron en diferentes ocasións que o gasto público en determinados ámbitos, debe ser considerado como un investimento social e non como un gasto a reducir.\r\n- Consolídanse determinadas iniciativas sociais ou de economía solidaria, que deixan de ser prácticas marxinais.\r\nO que está en xogo non é o porqué desta crise, senón como queremos saír da mesma. Neste sentido, a proposta de Cáritas é a de saír todos e cada un, xuntos e sen que ninguén quede abandonado á súa sorte e ás inxustizas dun modelo que claramente mostrou as súas debilidades.\r\nComo os autores de «Pobreza e Cohesión social» insisten en lembrar, non é posible esperar máis para levar a cabo medidas redistributivas que impulsen procesos de cohesión social.\r\n»Camiñar cara a un modelo dualizado -asegura Francisco Lorenzo– é aventurarnos á falta de entendemento e de convivencia. É renunciar á construción dun proxecto común. Pola contra, un compromiso firme pola cohesión social, polo ´rescate ás persoas´, suporá sentar as bases dunha recuperación real que vaia máis aló dalgúns indicadores macroeconómicos». «A sociedade recuperará a credibilidade naqueles proxectos e institucións que aposten firmemente por iso», engade