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02 Oct

JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE

Monseñor Barrio: “El trabajo debe permitir satisfacer las necesidades de las familias”
Numerosos actos solidarios previstos para el domingo día 7 de octubre

Las entidades de inspiración católica que promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), por cuarto año consecutivo, se suman a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del domingo día 7 de octubre, por medio de gestos, actos públicos, vigilias y eucaristías. Una iniciativa a la que se suman también Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela.El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, publicó una carta pastoral en la que defiende el derecho de toda persona a tener un trabajo decente, señalando también que no cabe la discriminación de la mujer.

El origen de esta Jornada estuvo en el llamamiento que hizo san Juan Pablo II en el Jubileo de los Trabajadores, siguiendo una iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Condiciones dignas

Monseñor Barrio considera que ha de ser un trabajo “que permita satisfacer las necesidades de las familias, que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz, un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación”, señala en su carta.

Recuerda en su misiva que ya la Conferencia Episcopal en el documento “Iglesia servidora de los pobres” reivindica que un empleo digno “nos permite desarrollar los propios talentos, nos facilita su encuentro con otros y nos aporta autoestima y reconocimiento social”. Insiste en que “todos debemos colaborar en este propósito”, aunque reconoce que es a la clase política la que tiene la responsabilidad de “garantizar la realización de los derechos de sus ciudadanos”. En este sentido, insiste el arzobispo compostelano, a los gobernantes “les incumbe la tarea de promover las condiciones necesarias para que los derechos económico-sociales puedan ser satisfechos como el derecho al trabajo digno, a una vivienda adecuada, al cuidado de la salud, a una educación en igualdad y libertad”.

El arzobispo constata también que la “Doctrina Social de la Iglesia nos urge a avivar la solidaridad cristiana y la subsidiaridad para ser conscientes de que no debemos tratar de solucionar lo propio olvidando las situaciones precarias de los demás”.

Apoyos

Actualmente la propuesta es asumida por múltiples instituciones civiles y religiosas. Una propuesta que pretende incluir en la agenda pastoral de la Iglesia la dignidad del trabajo, tema fundamental en la Doctrina Social.

La reivindicación busca dar cuenta de tantas personas sin trabajo, con trabajos precarios, con horarios incompatibles con la vida familiar y personal, con ocupaciones no reconocidas, “que sueñan con un empleo con derechos que les permita llevar una existencia con sentido, convertirlo en una prioridad eclesial y en un asunto central en la agenda política”, se señala en un documento.

Esta jornada es una de las citas claves para ITD, que desarrolla una amplia actividad para sensibilizar y visibilizar la importancia de extender en la sociedad y en la Iglesia la defensa del trabajo decente. Se favorece estas dinámicas sobre una cuestión central en la sociedad y esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano decente.

La Jornada Mundial por el Trabajo Decente es también compartida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el movimiento sindical mundial y el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos. ITD extenderá esta convocatoria a las más de 200 entidades adheridas a la iniciativa.

Manifiesto

En el manifiesto de esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente, se hace un llamamiento a todos los agentes que participan en la organización política y social del trabajo a reflexionar, a tomar las medidas necesarias y los esfuerzos oportunos para que el trabajo decente sea una realidad universal e inmediata. En el documento se recogen las reivindicaciones de Iglesia por el Trabajo Decente, recordando que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos en la Agenda 2030 aprobada hace dos años por las Naciones Unidas, “es un elemento imprescindible para la justicia social y la cohesión de toda la humanidad.”

Desde la iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” se recuerda que cuestiones como una remuneración insuficiente para una vida digna, unas condiciones laborales que dificultan la consecución de un proyecto vital a largo plazo, la vulnerabilidad de la persona ante un retroceso en derechos laborales son el rostro visible de una economía donde la persona es un mero instrumento que se utiliza en función de los intereses del mercado. Insisten en que “el sistema configura una sociedad donde el trabajo no es un bien para la vida sino un instrumento al servicio del capital por encima de la persona, y donde la deshumanización del trabajo sitúa a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión social”.

Medidas

Las organizaciones impulsoras de “Iglesia por el Trabajo Decente” dieron a conocer una serie de medidas encaminadas a luchar contra la precariedad y para defender el trabajo decente:

-Luchar contra el trabajo no declarado, la economía informal, el fraude fiscal y los paraísos fiscales.

-Establecer una sólida base jurídica de derechos laborales, implicar a los interlocutores sociales y los comités de empresa en el lugar de trabajo y reforzar la inspección laboral y la jurisdicción social.

-Apostar por la creación de empleo de calidad, garantizar los derechos en el trabajo,la protección social y el diálogo social así como la igualdad.

-Fijar salarios e ingresos dignos y suficientes.

-Establecer una Garantía de Capacidades que permita apoyar trayectorias profesionales que posibiliten la adaptación a las diferentes situaciones que una persona puede verse obligada a afrontar durante su vida.

-Garantizar la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres mediante una respuesta global dirigida a reducir el trabajo precario y una cobertura adecuada de seguridad social.

-Apostar por condiciones de trabajo dignas para todas las primeras oportunidades de experiencia laboral de jóvenes, como períodos de prácticas, de aprendizaje o cualquier oportunidad en el marco de la Garantía Juvenil.

-Incrementar la inversión pública y privada que conecte los mercados financieros con los mercados productivos.

-Acompañar a las personas en situaciones donde la ausencia del trabajo decente provoca inestabilidad, sufrimiento y falta de horizontes vitales, propiciando respuestas individuales y colectivas que alumbren caminos de esperanza.

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