LA FUERZA EVANGELIZADORA DE LA CARIDAD LA FUERZA EVANGELIZADORA DE LA CARIDAD
Las Jornadas de Teología de la Caridad, organizadas por Cáritas Española y que este año cumplía su XVI edición, contaron con la presencia de más de dos centenares personas procedentes de 36 Cáritas Diocesanas. Un encuentro pastoral bajo el lema de “La Fuerza Evangelizadora de la Caridad”. El acto de apertura contó con la presencia de monseñor Alfonso Milián, obispo de Barbastro-Monzón y responsable de Cáritas; Angel Galindo, rector de la Universidad Pontificia de Salamanca; Jorge Rosell, vicepresidente de Cáritas Española; y Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española y coordinador del encuentro.
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La caridad nos evangeliza
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En su intervención Vicente Altaba, señaló que “tras el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, somos conscientes de que estamos en un momento difícil y privilegiado a la vez para que cuantos trabajamos en el servicio caritativo y social aportemos a la Iglesia la fuerza evangelizadora de la caridad”. “Nuestra intención –insistió– es preguntarnos sobre cuál es el lugar que ocupa la caridad en la tarea evangelizadora de la Iglesia o cómo hacer verdad el Evangelio mediante la caridad y cómo anunciarlo en el ejercicio de la caridad”.
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Creer para evangelizar amando
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El obispo de Ciudad Rodrigo, monseñor Raúl Berz abordó el tema “Creer para evangelizar amando; amar para evangelizar creyendo”. En su exposición incidió en la motivación como punto de partida: creer en la caridad. Para ello, partió del momento actual de la Iglesia y de cómo deberíamos evangelizar hoy, analizando la pobreza y sus causas e invitando a la plasmar la caridad en la vida cotidiana.
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El obispo invitó a reflexionar sobre la idea de una sociedad más justa y fraterna, donde los voluntarios deben dar respuestas colectivas y dejar a un lado el individualismo, donde el voluntariado se convierta en un estilo de vida para salir al encuentro de las personas más desfavorecidas, es decir: amar para evangelizar creyendo.
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La actividad caritativa de las primeras comunidades
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Santiago Guijarro, profesor de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, hizo un repaso de la actividad caritativa de las primeras comunidades cristianas, donde la diakonía ya era un pilar fundamental. Orientó su intervención en averiguar si esta actividad era ya tan importante en las comunidades de la primera generación y qué papel desempeñó dicha actividad en la primera evangelización.
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Sus exposiciones giraron en torno a cuatro puntos principales: El relato normativo de la primera evangelización; la pobreza y la ayuda social en el mundo antiguo; el ejercicio de la caridad en las primeras comunidades, y la práctica de la caridad y la misión evangelizadora.
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Santiago Guijarro concluyó su ponencia resaltando dos datos importantes: La novedad que supuso la acción caritativa de las comunidades cristianas en un mundo que carecía de sensibilidad y estructuras para la atención de los pobres, y, segundo, el impacto de este estilo de vida en la difusión del cristianismo.
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Una comunidad fraterna
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Armando Céster, profesor del Instituto Diocesano de Estudios Teológicos para seglares de Zaragoza, subrayó la necesidad de reforzar la credibilidad de la Iglesia para que pueda ejercer efectivamente su condición de sujeto de la evangelización que el mundo necesita. “Reforzar la credibilidad de la Iglesia –indicó– comporta para los cristianos no solo afirmar que nuestra Iglesia es la de Jesús, sino que debemos legitimar y hacer visible esta afirmación para que la credibilidad eclesial crezca. Para que la Iglesia sea creíble debe producir signos de salvación que anuncien y realicen el Reino de Dios”.
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Para que la Iglesia sea signo de credibilidad debe ser una comunidad cristiana fraterna que comparte en todos los niveles de las relaciones humanas, que vive en comunicación de bienes espirituales y materiales como en las primeras comunidades cristianas. La acción caritativa-social eclesial, significa y hace creíble el amor de la Iglesia por los desfavorecidos.
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Decir amar para decir evangelizar
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Monseñor Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, puso el broche final al encuentro con la ponencia “Decir Amar para decir Evangelizar”, que comenzó con un análisis del contexto de la Iglesia de Tánger, donde, aunque reducida en cuanto a tamaño y al número de personas que la conforman, la vida está por encima de cualquier discurso.
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En segundo lugar, el prelado señaló cómo sólo el amor dice bien de Dios, es decir, el amor como camino de evangelización y cómo, para Dios, revelarse, significa darse. “Sólo el amor dice bien de la verdad, pero sólo la verdad puede decir bien del amor. Para ello, debemos amar como Dios nos ama. La fe, más que una doctrina, es una realidad, debemos aplicar el Evangelio a la práctica de la caridad”, explicó monseñor Agrelo ante una audiencia a la que definió como una “asamblea de expertos en amor”.
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El arzobispo de Tánger se refirió también a la Eucaristía como “icono del diálogo de Dios con el hombre, donde a través de ésta nos encontramos con Cristo y nos ponemos en comunión con él”.
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Finalmente, reflexionó sobre la presencia de Cristo entre los pobres a través de los sacramentos. “Es el Espíritu de Dios el que nos lleva a amar a los más pobres; es el corazón de la Iglesia en el mundo”, aseguró el arzobispo de Tánger, quien culminó su intervención con una llamada “a ser memoria viva de la bondad de Dios con una triple tarea: anunciar la palabra de Dios, celebrar los sacramentos y estar al servicio de la Caridad” (Deus Caritas Est).