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01 Mar

MONSEÑOR BARRIO INDICA QUE LA CATEDRAL DEBE MOSTRARSE COMO UNA CASA “ABIERTA Y ACOGEDORA”

El nuevo deán, José Fernández Lago, resalta la prioridad en la atención a los peregrinos y la importancia de la liturgia

El canónigo José Fernández Lago tomo posesión como deán del Cabildo de la Catedral de Santiago de Compostela al término de una Eucaristía que presidió el arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio. Monseñor Barrio, durante su intervención   aseguró que la Catedral debe mostrarse como una casa abierta, acogedora y testimonio” para los diocesanos y para los que nos visitan procedentes de otras iglesias particulares. “Donde todos puedan entrar para rezar, para admirar o simplemente para permanecer en silencio. No es un hecho de organización sino de una eficaz evangelización”, señaló

Monseñor Barrio aludió igualmente a qué en la Catedral, los fieles y peregrinos han de “encontrar un sacerdote siempre presto para un diálogo espiritual, para la reconciliación, para escuchar a las personas, para evangelizar, para dar razón de la esperanza a quienes han perdido el sentido de Dios”. Y añadió que “entrar en la catedral debería constituir un encuentro con los diversos aspectos de la vitalidad de la Iglesia particular, sus proyectos de acción pastoral, sus instituciones, sus movimientos apostólicos. Es la mejor forma de mostrar que la Catedral es la Iglesia Madre de la Iglesia que peregrina en Compostela”.

Importancia de la liturgia                                 

El arzobispo recordó que la misión del Cabildo, tal y como se reflejaba en el Vaticano II, es ser “un colegio de sacerdotes que reciben como misión propia y específica celebrar las funciones litúrgicas solemnes en la Iglesia Catedral”. Monseñor Barrio añadió que “como no podía ser de otra forma el Cabildo está vinculado a la misión santificadora de la Iglesia, ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo: es decir, tributar a Dios el culto público más solemne con la máxima dignidad y perfección litúrgicas”.

“La Catedral está llamada a ser institución litúrgica modélica y debe ser paradigma de vida y pastoral litúrgica para toda la Iglesia diocesana”, añadió el arzobispo. Indicó además que “para valorar en su justa medida el acto que estamos celebrando, es preciso situarlo y considerarlo en el horizonte eclesial de una pastoral de ministerio y no de beneficio. Es evidente el protagonismo de nuestra Catedral en la celebración del Año Santo Compostelano y de lo que es y significa el hecho de la peregrinación jacobea. La Catedral es el centro jubilar por antonomasia lo que equivale a decir que aquí ha de resonar la llamada a la conversión y a la esperanza, procurando que el abrazo del perdón y de la misericordia llegue a todo aquel que lo pida. Será necesario tener muy presentes las enseñanzas del Papa y las del obispo”.

El arzobispo tuvo también palabras de agradecimiento para el deán saliente, Segundo Pérez López.

Atención a los peregrinos

Por su parte, el nuevo deán comentó que contaba “con todas vuestras oraciones” para desempeñar su actual misión. Fernández Lago dijo que se consideraba “uno entre iguales” y pidió a sus compañeros de Cabildo apoyo y comprensión. “Espero no decepcionar”, dijo, señalando que las funciones de deán y del Cabildo demandan ahora, en pleno Año Santo Jubilar Compostelano, una prioridad en la atención a los peregrinos, para hacer posible que encuentren cerca de la tumba del Apóstol Santiago lo que no se percibe “en los ambientes descristianizados”. En ese sentido, el nuevo deán apostó por poner en marcha “medidas extraordinarias” para dar respuesta a situaciones extraordinarias como las provocadas por la pandemia del COVID19, a fin de resaltar la centralidad de Cristo y la dignidad de la liturgia y la participación en el culto. “No es lo mismo presenciar una Misa por la televisión” que poder “recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo” en una celebración eucarística presencial, dijo.

En el acto desarrollado en la Catedral también tomó posesión como nuevo secretario del Cabildo compostelano, el canónigo Elisardo Temperán, canciller de la Curia Diocesana.