MONSEÑOR BARRIO, MEDIO SIGLO DE SACERDOCIO
El arzobispo presidió en la Catedral la Misa de San Juan de Ávila, patrono del clero
Se rindió homenaje a los sacerdotes que cumplieron las bodas de Diamante, Oro y Plata
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió en la Catedral la ceremonia religiosa con motivo de la festividad de San Juan de Ávila, patrono del clero secular y con la que se rindió homenaje a los sacerdotes que cumplieron las Bodas de Diamante, Oro y Plata.“Son años de sacerdocio en los que se va experimentando que el Señor enriquece la pobreza y fortalece la fragilidad. Y en esta conciencia, al tratar de mantener nuestra fidelidad, percibimos la gran desproporción entre el don que hemos recibido y nuestra condición humana”, comentó el arzobispo durante su homilía.
Esta tradicional cita es uno de los momentos fuertes de expresión de la comunión del arzobispo con su presbiterio. En la Eucaristía estaba también presente el obispo auxiliar, monseñor Francisco José Prieto. El homenaje se tributó a los sacerdotes cumplieron años de sacerdocio en los dos últimos años ya que el pasado debido a la pandemia no se celebró esta festividad. Entre los homenajeados figuraban el arzobispo, monseñor Barrio (Bodas de Oro), y el obispo emérito de Tui-Vigo, monseñor José Diéguez Reboredo ( Bodas de Diamante).Al final de la ceremonia fueron homenajeados un total de 56 sacerdotes :35 que cumplieron las Bodas de Diamante, 15 las de Oro y 6 las de Plata.
El sacerdocio
En su homilía, el arzobispo había indicado que “en esta festividad, queridos sacerdotes, redescubrimos con nuevo acento la bondad, la belleza y la grandeza del sacerdocio en el que hemos entrado a través del sacramento”. Monseñor Barrio recordó que “así lo vivió San Juan de Ávila. Es “el ejemplo realizado de un sacerdote santo que ha encontrado la fuente de su espiritualidad en el ejercicio de su ministerio, configurado con Cristo Sacerdote y Pastor”.
El arzobispo añadió, además, que “o ministerio comprométenos de modo total. Non cesamos de experimentar asombro e agradecemento pola gratitude con que o Señor nos escolleu, pola confianza que deposita en nós e polo perdón que nunca nos nega”. Y pidió a los fieles presentes en la celebración que fueran conscientes “do gran don que os sacerdotes son para a Igrexa e para o mundo; a través do seu ministerio, o Señor segue a salvar aos homes, a facerse presente, a santificar. Sabede agradecer a Deus, e sobre todo sede próximos aos vosos sacerdotes coa oración e co apoio, especialmente nas dificultades, para que sexan cada vez máis Pastores segundo o corazón de Deus”.