OFRENDA DE LATRASLACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGOOFRENDA DA TRASLACIÓN DO APÓSTOLO SANTIAGO
El alcalde de Santiago, Agustín Hernández que actuó de delegado regio en la Ofrenda de la Traslación del Apóstol Santiago, durante su invocación abogó por una sociedad «cada paso más fraternal y solidaria, en la que el derecho al trabajo y a la vivienda sigan a ser nuestro objetivo prioritario” Respondió al oferente el arzobispo de Compostela, monseñor Julián Barrio que indicó que es preciso “tener en cuenta los fundamentos del cristianismo para transformar los valores débiles de nuestra cultura y sociedad, y superar tanto la inmoralidad como la frivolidad. Este es el compromiso de la Iglesia que busca contribuir a hacer más humana la familia de los hombres y su historia”.
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Esta ceremonia religiosa tiene lugar todos los 30 de diciembre, en recuerdo del legendario traslado de los restos del Apóstol desde el puerto de Jaffa, en Palestina, hasta las costas gallegas, donde fueron desembarcados en el muelle de Iria Flavia, en el municipio coruñés de Padrón.
\r\nInvocación\r\n
La Misa Estacional fue presidida por el arzobispo de Santiago, conlebrando otros prelados, canónigos y sacerdotes. Después del canto del Credo,el delegado regio inicio su invocación mencionando los aspectos históricos y religiosos que envuelven tanto la propia ceremonia de la Traslación como la figura de Santiago y de la catedral, que se fue construyendo—dijo–, a lo largo de generaciones y de siglos, a través de una larga historia en la que hubo muchos momentos de temores y dificultades.
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«Durante los últimos años”, señaló el oferente,” pasamos también por momentos llenos de adversidades y sacrificios que nos pusieron la prueba, en el plano económico y también en el plano social. Hicimos, cada uno de nosotros en mayor o menor medida, un gran esfuerzo para sobreponernos y aún lo estamos haciendo, porque las mejoras precisan llegar a todos, pero comenzamos a vislumbrar una luz de esperanza».
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Solicitó la ayuda del Apóstol «en la tarea de luchar sin límites contra la corrupción, para tratar de erradicarla definitivamente de la vida política y social». Pidió también por y para la recuperación de principios y valores «que son el fundamento de la doctrina cristiana pero que tienen también una validez universal y son indispensables en el origen y consolidación de una necesaria y deseable paz social».
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El oferente incidió en la necesidad de reforzar cuestiones como la unidad y la convivencia, «que establecemos de común acuerdo, que nos sirvieron para mejorar como pueblo y que nos deben guiar en nuestro futuro».
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«Que sigamos actuando con el incluso espíritu de entendimiento, de colaboración y de integración que, con aprecio y respeto por las diferencias, nos permitieron disfrutar de la estabilidad y del progreso de las últimas décadas», manifestó finalmente.
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Respuesta
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En su homilía de respuesta, monseñor Julián Barrio recordó que al celebrar la traslación del Apóstol, “admiramos su testimonio atrayente, participando de su misión que nos compromete por un lado a ser “fieles custodios de la Buena Noticia que los Apóstoles transmitieron, sin ceder a la tentación de alterarla, disminuirla o plegarla a otros intereses, y por otro, nos transforma a cada uno de nosotros en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida en todos los campos de la sociedad”. Sabemos de quién nos hemos fiado y estamos seguros”.
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Para el prelado compostelano, “el cristiano está en el mundo para realizar obras con valor de eternidad, dando un testimonio irreprochable y fiel del Evangelio, siendo luz en medio de las tinieblas y sal incorrupta en medio de la corrupción moral con una vida de santidad, y actuando a través de la caridad como transparencia de Cristo en el discípulo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os amáis unos a otros”.
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Tuvo palabras de recuerdo para las personas y familias que están padeciendo las consecuenicas de la crísis económica. Al referirse a la Archidíocesis de Compostela insistió en la celebración del Sínodo diocesano “para que asuma el compromiso de transmitir de manera especial el legado de nuestra fe a los niños y jóvenes para que sean la alegría de la Iglesia y la esperanza de neustra sociedad”. Pidió finalmente, por el fortalecimiento “ de neustra vida cristiana , como miembros de la única Iglesia de Cristo, la satisfacción y la protección de los padres de familia a fin de que realicen su misión de cuidar y educar a sus hijos en las tranqulidad de espíritu”.
\r\nEn el Pórtico de la Gloria, el arzobispo despidió al oferente y las autoridades y se encaminaron, después de cruzar la plaza del Obradoiro, a la sala capitular del Ayuntamiento donde el acalde agradeció a todos sus presencia en el acto religioso.\r\n
M. García