POR UNA VIVIENDA DIGNAPOR UNHA VIVENDA DIGNA
Amplio programa de actividades para la última semana de noviembre
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Un año más Cáritas Española ha puesto en marcha su acción para trabajar por la dignidad de todas las personas y para garantizar su acceso real a sus
derechos. Se trata de la Campaña de reivindicación y solidaridad que este año cumple su decimosegunda edición y que tiene como lema central “Por una vivienda digna y adecuada. Nadie sin hogar “. Se insiste en que la vivienda es una herramienta fundamental para la vida en dignidad de las personas, “proporciona un espacio físico junto al desarrollo integral del ser humano y nos otorga un hogar”, se señala en el documento principal de la campaña.
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A lo largo de la última semana de noviembre se van desarrollar diverso actos para dar cuenta de la campaña en defensa de las personas que no tienen hogar a las que se las conoce como los sintecho. Un acto público de reivindicación y afirmación de la necesidad de disponer de viviendas dignas; una mesa redonda y una nueva jornada de puertas abiertas en el Centro Vieiro, compondrán la parte central de esas actividades.
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Carta Pastoral
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El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio , ha hecho pública una Carta Pastoral cuyo texto íntegro es el siguiente :
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“Eldomingo, día30de noviembre, senos llama amirar con responsabilidady afectoalas personas sintechocon el lema: “Por una vivienda digna y adecuada.Nadie sin hogar”.Nuestra legislacióncontemplaque toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada.Esto comportael estar segurode una ocupación continuada y pacífica sin el temor a perderla y con la garantía de los suministros elementales. Cuando vemos a personas, hombres, mujeres, jóvenes y mayoresdeambulandocon un rostro descompuesto,por las calles de nuestras ciudades o villas, y llegada la noche, envueltos en cartonesestándebajo de un soportal o en un aparcamiento, resulta difícil comprender que hayatres millones y medio deviviendasdeshabitadas en España y que han sido planificadas para a inversión económica.Uno percibe fácilmente que la persona ha dejado de ser el bien protegido y que la vivienda es un bien de inversión.Nos encontramos conpersonas en situación de exclusión residencial También esta es una forma de descarte del que habla el papa Francisco.
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“La falta de vivienda, que es un problema en sí mismo bastante grave, es digno de ser considerado como signo o síntesis de toda una serie de insuficiencias económicas, sociales, culturales o simplemente humanas”. Las personas en situación sin hogar o que viven en una vivienda insegura o inadecuada como chabolas o asentamientosmasificados constituyen un grupo prioritario en la consecución de una vivienda social adecuada y digna. Hay más de treinta mil personas en España que viven en situación de calle, sin hogar y sin techo. Hemos de tomar conciencia de que todos somos seres humanos, titulares de derechos e igual de prioritarios ensugarantía ante las Administraciones Públicas. Es posibleque como escribía el novelistaBradburyestemos ya en un mundo en el que ya no es verdad que “los hombres nacemos iguales”, pero si es cierto que “los hombres terminamos por ser todos iguales” en la realidad de la muerte.
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Tener una casa no es un privilegio, es un derecho. Todos necesitamos un hogar al que llegar y en el que poder estar, descansar, sentirnos protegidos, vivir una vida de familia, recibir amigos y refugiarnos tal vez después de estar yendoy viniendoen el día a día a ninguna parte. Y esto es necesario vivirlo con un espíritu libre, como diría santa Teresa de Ávila, poseyendo todo porque no se desea nada.
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Como ya os comentaba el pasado año, también ennuestra diócesis haypersonasdesprotegidas y vulnerablesque no tienen una casa para vivir, siendo atendidasmuchasde ellas por Caritas Diocesanay en albergues construidos para esta finalidad. La precariedadlaboralyelparoque afectan de manera especial a los jóvenes, les hacen inviableacceder a unavivienda digna.
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La jornada es una llamada de atenciónatodospara que en la medida de nuestras posibilidades trabajemos por el bien común a finde quetodas las personas puedan vivir con la dignidad plena que ostentan. Tenemos que edificar el presente y proyectarelfuturo desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos”. No podemos correr el riesgo de quedar atrapadospor los puros intereses económicos. Hemos de tener siempre presente la dignidad de la persona humana. “Son tiempos de adversidad, no de desdicha”. En la adversidad se vislumbra una salida, albergando una esperanza. En la desdicha, no, pues sobreviene un sentimiento de desamparo cuando ya no parece posible ni concebible felicidad alguna. Por eso es necesario mirar con el corazón a las personas de nuestro alrededor pues así comprenderemos que lo imprevisible sucede y lo imposible se realiza. Escuchemos la queja de una sociedadacosadapor las nuevas pobrezas que va perdiendo vida a causa dela inmoralidad de algunos y la vergüenza de todos”.
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Manifiesto de la Campaña
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Este es el texto del Manifiesto de la Campaña del presente año:
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“Yo tenía una casa… y fui feliz mientras viví en ella.
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Mi casa fue siempre mi lugar de referencia, donde me sentía seguro, acompañado y podía ser yo mismo, allí me sentía persona y formaba parte de la sociedad.
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Luego la vida se complicó, empezaron a aparecer los problemas, todos encadenados, algunos por responsabilidad mía y otros iban surgiendo por el contexto en el que me hallaba y las relaciones que iba consolidando con personas que no me convenían. En muy poco tiempo me encontré solo, sin recursos en los que poder apoyarme, ayudarme y que me acompañasen.
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Todo mi mundo y mi vida se vinieron abajo cuando me vi fuera de mi casa, en la calle. Es en ese momento cuando eres consciente y te das cuenta de lo que pierdes y lo que significa tener una casa, un hogar.
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Cuando llegas a la calle es porque no tienes un apoyo; porque los que tenías no te readmiten. Sientes ansiedad, frustración, la autoestima baja, y ante todo, soledad; mucha soledad.
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Cuando llegas a la calle caminas mucho, terminas con los pies destrozados; no puedes realizarte curas o tener la higiene que querrías, llegando a ser tu única preocupación el no caer enfermo.
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Cuando llegas a la calle y ves a otras personas con sus hijos y su familia, tiendes a comparar con lo que tenías antes, siendo inevitable el sentimiento de pérdidas y desprotección.
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Cuando llegas a la calle el aspecto psicológico hace que estés al límite; no tienes comida, no descansas, sientes miedo a robos o agresiones… tardas en darte cuenta de que has tocado fondo, que vives en una fragilidad constante.
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Volver a la familia es difícil cuando estás en situación de calle, sientes la pérdida de su amor, que nada te sostiene, que no tienes eso que llaman “red social” que te apoye y no te deje caer.
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La sociedad nos convierte en “no seres humanos”. Se comportan así porque no comprenden; huyen, tienden a abandonarte. Algunos te llegan incluso a decir “te lo has ganado a pulso”. No han de tener ese egoísmo, esa autodefensa de su alrededor, ese miedo… somos personas; un día tuvimos nuestra casa, nuestro trabajo, nuestra familia…como el resto; nadie está exento de poder pasar por esto. Un problema de salud, una depresión… te puede llevar a la calle. No elegimos vivir en la calle, sin derechos.
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Como queremos ser uno más, queremos que se nos escuche; tener una casa no se trata de un privilegio, es un derecho a todas luces. Tener acceso a ella no debería ser algo que nos tuviésemos que ganar, sino algo que esta sociedad no se puede permitir.
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Tener un sitio donde volver, donde alguien pueda estar esperándonos, donde poder sentarnos cómodamente; un lugar en el que tengamos una mesa para comer, una ducha que utilizar, una cama para dormir… en definitiva, un hogar al que llegar, y en el que poder estar. ¿Acaso es esto pedir demasiado?
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Somos muchos los que llevamos viajando durante mucho tiempo a ninguna parte. No hay conciencia del cansancio físico y mental que esosupone… por ello es tan importante tener un destino. Siempre hay un destino al que las personas llegan. ¿Qué hay del nuestro? ¿Dónde está ese descanso y esa seguridad necesarios?
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“Tu casa puede sustituir al mundo; el mundo jamás sustituirá a tu casa».
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Sinhogarismo
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El sinhogarismo sigue siendo una lacra que, por desgracia, aumenta todos los años. Las cifras son aterradoras. Las instituciones sociales, como es el caso de Cáritas, atendieron el año pasado a más de 40.000 personas de las calificadas como sin hogar, sin techo. Pero estas cifras que son demarcadoras de una realidad a la que no se ve solución desde las administraciones , se hace mucho más insoportables cuando nos recuerdan que casi un millón y medio de familias viven en infraviviendas, y casi cuatro millones padecen condiciones de privación, inseguridad y dificultades de acceso a la vivienda. En una palabra que carecen de un derecho básico, tal y como es reconoce por los tratados internacionales y en nuestro propio ordenamiento constitucional. Mientras, y seguimos con datos oficiales, en una desgraciada paradoja, casi tres millones y medio de viviendas permanecen vacías.
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Los datos cercanos también son aterradores. Se habla de que más de 4.000 personas viven todos los días en las calles de Galicia , de ellas sobre 1.700 lo hacen en las localidades que integran la Diócesis de Santiago , y de estas algo más de dos centenares son sin techo que pululan por Compostela.
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La vivienda constituye un espacio básico y fundamental de estructuración de la vida personal, familiar y social, hasta el punto de que las carencias en este ámbito pueden convertirse, antes que en una manifestación de exclusión, en un factor desencadenante de la misma
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Reivindicaciones
\r\nLas denuncias y reivindicaciones que se plantean en la campaña van dirigidas a las administraciones públicas, los medios de comunicación y la sociedad en 
general.\r\n
A las administraciones públicas se les demanda una política de vivienda que garantice el acceso para todo el mundo; realizar una reforma en el aspecto jurídico en el ámbito de los alquileres y de los procedimientos de la ejecución hipotecaria; fomento de los alquileres sociales, y un nuevo ordenamiento en materia de urbanismo.
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En cuanto a los medios de comunicación se demanda incluir la mirada de derechos en las informaciones sobre personas sin hogar para facilitar la comprensión a toda la sociedad de que los derechos humanos son de todas las personas.
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Finalmente a la sociedad en general que tome conciencia de que todos los somos seres humanos , titulares de derechos y que todos somos iguales a la hora de garantizar los derechos ante las administraciones públicas.
Amplo programa de actividades para a última semana de novembro
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Un ano máis Cáritas Española puxo en marcha a súa acción para traballar pola dignidade de tódalas persoas e para garantir o seu acceso real ós seus dereitos. Trátase da Campaña de reivindicación e solidariedade que este ano cumpre a súa decimosegunda edición e que ten como lema central «Por unha vivenda digna e adecuada. Ninguén sen fogar». Insístese en que a vivenda é unha ferramenta fundamental para a vida en dignidade das persoas, «proporciona un espazo físico xunto ao desenvolvemento integral do ser humano e outórganos un fogar», sinálase no documento principal da campaña.
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Ao longo da última semana de novembro vanse desenvolver diversos actos para dar conta da campaña en defensa das persoas que non teñen fogar ás que se coñece como os senteito. Un acto público de reivindicación e afirmación da necesidade de dispor de vivendas dignas; unha mesa redonda e unha nova xornada de portas abertas no Centro Vieiro, comporán a parte central desas actividades.
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Carta Pastoral
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O arcebispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, fixo pública unha Carta Pastoral cuxo texto íntegro é o seguinte :
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«O domingo, día30 de novembro, chámasenos a mirar con responsabilidade e afecto ás persoas sen teito co lema: “Por unha vivenda digna e adecuada. Ninguén sen fogar”. A nosa lexislación contempla que toda persoa ten dereito a unha vivenda digna e adecuada. Isto comporta o estar seguro dunha ocupación continuada e pacífica sen o temor a perdela e coa garantía das subministracións elementais. Cando vemos a persoas, homes, mulleres, novas e maiores deambulando cun rostro descomposto, polas rúas das nosas cidades ou vilas, e chegada a noite, envolvidos en cartóns están debaixo dun soportal ou nun aparcadoiro, resulta difícil comprender que haxa tres millóns e medio de vivendas deshabitadas en España e que foron planificadas para investimento económico. Un percibe fácilmente que a persoa deixou de ser o ben protexido e que a vivenda é un ben de investimento. Atopámonos con persoas en situación de exclusión residencial. Tamén esta é unha forma de descarte do que fala o papa Francisco.
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«A falta de vivenda, que é un problema en si mesmo bastante grave, é digno de ser considerado como signo ou síntese de toda unha serie de insuficiencias económicas, sociais, culturais ou simplemente humanas». As persoas en situación de sen fogar ou que viven nunha vivenda insegura ou inadecuada como chabolas ou asentamentos masificados constitúen un grupo prioritario na consecución dunha vivenda social adecuada e digna. Hai máis de trinta mil persoas en España que viven en situación de rúa, sen fogar e sen teito. Debemos tomar conciencia de que todos somos seres humanos, titulares de dereitos e igual de prioritarios na súa garantía ante as Administracións Públicas. É posible que como escribía o novelista Bradbury esteamos xa nun mundo no que xa non é verdade que «os homes nacemos iguais», pero si é certo que «os homes terminamos por ser todos iguais» na realidade da morte.
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Ter unha casa non é un privilexio, é un dereito. Todos necesitamos un fogar ao que chegar e no que poder estar, descansar, sentirnos protexidos, vivir unha vida de familia, recibir amigos e refuxiarnos tal vez despois de estar indo e vindo no día a día a ningunha parte. E isto é necesario vivilo cun espírito libre, como diría santa Teresa de Ávila, posuíndo todo porque non se desexa nada.
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Como xa vos comentaba o pasado ano, tamén na nosa diocese hai persoas desprotexidas e vulnerables que non teñen unha casa para vivir, sendo atendidas moitas delas por Caritas Diocesana e en albergues construídos para esta finalidade. A precariedade laboral e o paro que afectan de maneira especial aos mozos, fanlles inviable acceder a unha vivenda digna.
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A xornada é unha chamada de atención a todos para que na medida das nosas posibilidades traballemos polo ben común a fin de que todas as persoas poidan vivir coa dignidade plena que ostentan. Temos que edificar o presente e proxectar o futuro desde a verdade auténtica do home, desde a liberdade que respecta esa verdade e nunca a fire, e desde a xustiza para todos, comezando polos máis pobres e desvalidos. Non podemos correr o risco de quedar atrapados polos puros intereses económicos. Debemos ter sempre presente a dignidade da persoa humana. «Son tempos de adversidade, non de desdicha». Na adversidade albíscase unha saída, albergando unha esperanza. Na desdicha, non, pois sobrevén un sentimento de desamparo cando xa non parece posible nin concebible felicidade algunha. Por iso é necesario mirar co corazón ás persoas do noso redor pois así comprenderemos que o imprevisible sucede e o imposible se realiza. Escoitemos a queixa dunha sociedade acosada polas novas pobrezas que vai perdendo vida por mor da inmoralidade dalgúns e a vergoña de todos».
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Manifesto da Campaña
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Este é o texto do Manifesto da Campaña do presente ano:
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«Eu tiña unha casa… e fun feliz mentres vivín nela.
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A miña casa foi sempre o meu lugar de referencia, onde me sentía seguro, acompañado e podía ser eu mesmo, alí sentíame persoa e formaba parte da sociedade.
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Daquela a vida complicouse, empezaron a aparecer os problemas, todos encadeados, algúns por responsabilidade miña e outros ían xurdindo polo contexto no que me achaba e as relacións que ía consolidando con persoas que non me conviñan. En moi pouco tempo atopeime só, sen recursos nos que poder apoiarme, axudarme e que me acompañasen.
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Todo o meu mundo e a miña vida viñeron abaixo cando me vin fóra da miña casa, na rúa. É nese momento cando es consciente e dáste conta do que perdes e o que significa ter unha casa, un fogar.
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Cando chegas á rúa é porque non tes un apoio; porque os que tiñas non te readmiten. Sentes ansiedade, frustración, a autoestima baixa, e ante todo, soidade; moita soidade.
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Cando chegas á rúa camiñas moito, terminas cos pés esnaquizados; non podes realizarte curas ou ter a hixiene que quererías, chegando a ser a túa única preocupación o non caer enfermo.
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Cando chegas á rúa e ves a outras persoas cos seus fillos e a súa familia, tendes a comparar co que tiñas antes, sendo inevitable o sentimento de perdas e desprotección.
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Cando chegas á rúa o aspecto psicolóxico fai que esteas ao límite; non tes comida, non descansas, sentes medo a roubos ou agresións… tardas en darte conta de que tocaches fondo, que vives nunha fraxilidade constante-.
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Volver á familia é difícil cando estás en situación de rúa, sentes a perda do seu amor, que nada che sostén, que non tes iso que chaman «rede social» que che apoie e non te deixe caer.
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A sociedade convértenos en «non seres humanos». Compórtanse así porque non comprenden; foxen, tenden a abandonarte. Algúns chegan mesmo a dicir «gañáchelo con suor». Non deben ter ese egoísmo, esa autodefensa da súa ó redor, ese medo… somos persoas; un día tivemos a nosa casa, o noso traballo, a nosa familia…coma o resto; ninguén está exento de poder pasar por isto. Un problema de saúde, unha depresión… pódeche levar á rúa. Non eliximos vivir na rúa, sen dereitos.
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Como queremos ser un máis, queremos que se nos escoite; ter unha casa non se trata dun privilexio, é un dereito de xeito evidente. Ter acceso a ela non debería ser algo que nos tivésemos que gañar, senón algo que esta sociedade non se pode permitir.
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Ter un sitio onde volver, onde alguén poida nos estar esperando, onde poder sentarnos comodamente; un lugar no que teñamos unha mesa para comer, unha ducha que utilizar, unha cama para durmir… en definitiva, un fogar ao que chegar, e no que poder estar. Seica é isto pedir demasiado?
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Somos moitos os que levamos viaxando durante moito tempo a ningunha parte. Non hai conciencia do cansazo físico e mental que eso supón… por iso é tan importante ter un destino. Sempre hai un destino ao que as persoas chegan. Que hai do noso? Onde está ese descanso e esa seguridade necesarios?
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A túa casa pode substituír ao mundo; o mundo xamais substituirá á túa casa».
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Sinfogarismo
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O sinfogarismo segue sendo unha secuela que, por desgraza, aumenta todos os anos. As cifras son aterradoras. As institucións sociais, como é o caso de Cáritas, atenderon o ano pasado a máis de 40.000 persoas das cualificadas como sen fogar, sen teito. Pero estas cifras que son demarcadoras dunha realidade á que non se ve solución desde as administracións , faise moito máis insoportables cando nos lembran que case un millón e medio de familias viven en infravivendas, e case catro millóns padecen condicións de privación, inseguridade e dificultades de acceso á vivenda. Nunha palabra que carecen dun dereito básico, tal e como é recoñecido polos tratados internacionais e no noso propio ordenamento constitucional. Mentres, e seguimos con datos oficiais, nun desgraciado paradoxo, case tres millóns e medio de vivendas permanecen baleiras.
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Os datos próximos tamén son aterradores. Fálase de que máis de 4.000 persoas viven tódolos días nas rúas de Galicia , delas sobre 1.700 fano nas localidades que integran a Diocese de Santiago, e destas algo máis de dous centenares son sen teito que pululan por Compostela.
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A vivenda constitúe un espazo básico e fundamental de estructuración da vida persoal, familiar e social, até o punto de que as carencias neste ámbito poden converterse, antes que nunha manifestación de exclusión, nun factor desencadeante da mesma
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Reivindicacións
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As denuncias e reivindicacións que se expoñen na campaña van dirixidas ás administracións públicas, os medios de comunicación e a sociedade en xeral.
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Ás administracións públicas demándaselles unha política de vivenda que garanta o acceso para todo o mundo; realizar unha reforma no aspecto xurídico no ámbito dos alugueres e dos procedementos da execución hipotecaria; fomento dos alugueres sociais, e un novo ordenamento en materia de urbanismo.
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En canto aos medios de comunicación demándase incluír a mirada de dereitos nas informacións sobre persoas sen fogar para facilitar a comprensión a toda a sociedade de que os dereitos humanos son de tódalas persoas.
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Finalmente á sociedade en xeral que tome conciencia de que todos os somos seres humanos , titulares de dereitos e que todos somos iguais á hora de garantir os dereitos ante as administracións públicas.