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25 Sep

 “SEGUIMOS AVANZADO EN LA CELEBRACIÓN DEL AÑO SANTO” (Monseñor Julián Barrio)

Insiste en que “muchas personas mantienen la esperanza de peregrinar”

El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, indicó a los asistentes al Congreso de Acogida Cristiana en el Camino que “seguimos avanzando en la celebración del Año Santo Compostelano. En medio de las lógicas precauciones con motivo de la pandemia son muchas las personas que mantienen la esperanza de peregrinar a la tumba del Apóstol Santiago”. Monseñor Barrio profundizó en La esperanza de peregrinar a Santiago” y aseguró que “el Camino de Santiago acoge a todos los que presienten la voz de Dios, aunque muchas veces no sean conscientes de ello. Este Camino de conversión, ofrecido a todo el que desee acoger la experiencia, no exige una previa selección de candidatos, ni tiene tampoco “numerus clausus”.

El prelado constató que “uno de sus valores permanentes estriba en que pone en contacto directo al alma y a Dios, incluso para quienes todavía no han descubierto la fe cristiana, sintiendo a la Iglesia lejana”.

Camino de peregrinación

Invitó a recuperar el pulso del Año Jubilar. “Desde Santiago”, dijo monseñor Barrio, “lugar del sepulcro del Apóstol, acogemos la llamada a no resignarnos a contemplar de brazos cruzados cómo la Iglesia se va convirtiendo en una especie de cristianismo de museo. Este Año Santo es una oportunidad de gracia del Señor”. El arzobispo señaló además que hay que animar a los peregrinos a descubrir la dimensión esencial del Camino: “Hay que ser capaces de escarbar entre la hojarasca de eslóganes, podcast y reclamos, para dar con la verdadera felicidad y con el sentido que le quieren dar a sus vidas”, apuntó.

En el mismo sentido, monseñor Barrio resaltó el valor de la ruta hacia Compostela y recordó que “el Camino de Santiago viene secularmente convocando a cientos de miles de peregrinos en búsqueda de las raíces históricas de la fe apostólica. Todo un signo de los tiempos, avistado ya en su momento, por san Juan Pablo II, y que subraya que el catolicismo es multicultural”.

También destacó que “el Camino de Santiago da la oportunidad de convivir y compartir sin miedo ni desconfianza con el que es distinto. La fe cristiana crea comunión y, a la vez, resalta lo singular. Constatamos en Santiago que todas las culturas están llamadas, sin perder sus matices, a abrirse unas a otras, y que cualquier ser humano puede reconocer en su semejante, forastero o desconocido, a su prójimo y a su hermano”.

Para el arzobispo, la fe “empuja a la aventura más arriesgada de la vida: hacerla fructificar allí donde uno está y en las condiciones dadas”, para afrontar así “el entender nuestro trabajo o profesión como servicio a los otros”, salvando esa “cultura del bienestar que hemos ido construyendo” y “el escrupuloso celo por cumplir estricta y únicamente con nuestra responsabilidad legal y solo con ella”, que “nos retrae de acciones valientes y generosas por el bien de los demás”.