VIII ENCUENTRO DEL VOLUNTARIADO GALLEGO DE CÁRITASVIII ENCONTRO DO VOLUNTARIADO GALEGO DE CÁRITAS
Sebastián Mora: “Necesitamos trabajar en unas Cáritas nuevas para los tiempos nuevos que nos ha tocado vivir”.
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Jesús García Vázquez: “Son muchas las personas que están comprometidas por el bien del prójimo”.
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El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora Rosado durante su intervención VIII Encuentro del Voluntariado Gallego de Cáritas, organizado por Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, recordó que nos encontramos en un momento de cambio. En su exposición “Presencia de Cáritas: Acción, sentido y espiritualidad. Cambio profundo y espacios solidarios” profundizó en “el modelo que dejamos y el que empezamos a vivir”. En la jornada participaron más de medio millar representantes de las cinco diócesis gallegas que se dieron cita en el centro Europeo de Peregrinaciones “Juan Pablo II”, de Santiago de Compostela.
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En nombre del arzobispo de Santiago, que por motivos de agenda no pudo estar presente en el encuentro, dio la bienvenida a los participantes, Jesús García Vázquez, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela. Se encargó de la oración en la que señaló que la reunión tenía como finalidad compartir y analizar “las líneas de trabajo que nos queremos marcar viendo la realidad social y preguntarnos lo que el Espíritu nos pide aquí y ahora en el servicio a los más necesitados”.
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Cultura del encuentro y derechos humanos
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Presentó al ponente José Anuncio Mouriño Rañó, director de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, que se refirió a la labor comprometida con los más necesitados de Sebastián Mora Rosado, secretario general de Cáritas Española
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Mora Rosado insistió en que debemos actuar saliendo al encuentro de los más empobrecidos, acompañar a estas personas en un proceso de dignificación y defender los derechos humanos. Aspectos que se contemplaron en los cuatro apartados en los que dividió su conferencia en la que se refirió a la acción, el sentido y la espiritualidad en Cáritas.
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Insistió en que debemos salir a las periferias, como nos recordó el Papa Francisco, para llevar a cabo una misión evangelizadora de lo social y desde lo social. Mencionó que se debe intensificar la cultura del encuentro con los más empobrecidos, el acompañamiento de las personas en sus procesos de dignificación y la defensa los derechos humanos de los excluidos. Un proceso, dijo, desde el que se debe potenciar una sociedad con valores sólidos: “Tenemos una misión desde dentro y fuera de la institución. El dinamismo de la caridad es único, dinámico y que salva”. Subrayó que “no vamos a ser Cáritas si no tenemos capacidad no sólo de ver, sino de sentir el dolor del mundo”
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Para Mora es fundamental conseguir una sociedad con valores sólidos, para lo que se debe reconstruir el capital social y cultural. “Necesitamos trabajar en una Cáritas nueva –señaló- para los tiempos nuevos que nos ha tocado vivir. No podemos seguir trabajando como hace cincuenta años, tenemos que salir a desarrollar un trabajo misionero con las personas más cercanas de nuestro entorno”. En sus últimas palabras volvió a insistir en que el trabajo en Cáritas debe potenciar la cultura del encuentro con los más empobrecidos de la sociedad, “para conocerlos, acompañarlos y ayudares en sus vidas”. Todo ello a través de una Cáritas enraizada en la espiritualidad cristiana, que sea compasiva y encarnada; contemplativa e interior, y disidente y expresiva.
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Cultura del ser y del tener
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Presidió la Eucaristía Jesús García Vázquez, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago y en la que participarán delegados episcopales diocesanos y consiliarios de la institución.
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De la moción de entrada se encargó José Vicente Iglesias Martelo, director de Cáritas Interparroquial de A Coruña, señalando que todos nos sentimos comunidad, y nos sentimos comunidad “no porque nos juntemos para tener una jornada, ni porque estemos en Cáritas, ni siquiera porque tengamos algún proyecto en común. Somos comunidad porque uno sólo es nuestro Padre, el celestial y uno sólo es nuestro Maestro, Cristo”.
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En su homilía Jesús García Vázquez recordó que desde Cáritas “queremos ser capaces de crear, construir comunidades, espacios comunitarios, solidarios y proféticos, que hagan realidad otro mundo posible, otra forma de vivir donde los valores de la generosidad, la solidaridad, la justicia y la gratuidad sean una realidad”.
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El celebrante habló de que son muchas las cosas que obscurecen la esperanza de multitud de personas: paro, pobreza, pérdida de derechos, exclusión o desamparo. “También son muchas las personas-dijo- que están comprometidas por el bien del prójimo. Gracias a ellas, otro mundo nuevo se está abriendo paso. Ellos son signo de esperanza”.
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García Vázquez insistió en que la sociedad necesita un cambio profundo, “donde la ética prevalezca sobre la técnica, donde la cultura del ser vaya por delante de la cultura del tener, donde compartir no quede ahogado por el acaparar, donde las personas tengan dignidad, no precio, donde la solidaridad predomine sobre los egoísmos individuales o de grupo, donde la paz estable sea fruto de la justicia, sin justicia no puede haber paz”.
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Papel del voluntario
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En las distintas intervenciones de los asistentes que participaron en el coloquio se habló el papel del voluntario. El compromiso es claro: para que Cáritas pueda llevar a cabo su misión necesita organizarse y contar con personas voluntarias, con las que hacerse presente junto a las personas que viven la injusticia de la pobreza. Se insistió en que el voluntariado es comprometido, activo, capaz de dar respuestas, coherente con la misión que se le encomienda, y que pueda plasmar, a través de su participación, unos valores como la solidaridad, la gratuidad, la igualdad. Un campo en el que las denuncias de las injusticias sociales ocupan un lugar prioritario, así como la sensibilización y formación de la sociedad.
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Tras la comida de confraternidad, que se sirvió en el mismo lugar y en base a productos gallegos, los asistentes se trasladaron a la Ciudad de la Cultura donde realizaron una visita guiada por las distintas exposiciones centrándose fundamentalmente en la actual “Camiño, a Orixe”.
Sebastián Mora: «Necesitamos traballar nunhas Cáritas novas para os tempos novos que nos tocou vivir».
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Jesús García Vázquez: «Son moitas as persoas que están comprometidas polo ben do próximo».
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O secretario xeral de Cáritas Española, Sebastián Mora Rosado durante a súa intervención no VIII Encontro do Voluntariado Galego de Cáritas, organizado por Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, lembrou que nos atopamos nun momento de cambio. Na súa exposición «Presenza de Cáritas: Acción, sentido e espiritualidade. Cambio profundo e espazos solidarios» profundizou no «modelo que deixamos e o que empezamos a vivir». Na xornada participaron máis de medio milleiro representantes das cinco dioceses galegas que se deron cita no centro Europeo de Peregrinacións «Xoán Paulo II», de Santiago de Compostela.
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En nome do arcebispo de Santiago, que por motivos de axenda non puido estar presente no encontro, deu a benvida aos participantes, Jesús García Vázquez, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela. Encargouse da oración na que sinalou que a reunión tiña como finalidade compartir e analizar «as liñas de traballo que nos queremos marcar vendo a realidade social e preguntarnos o que o Espírito nos pide aquí e agora no servizo aos máis necesitados».
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Cultura do encontro e dereitos humanos
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Presentou ao relator José Anuncio Mouriño Rañó, director de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, que se referiu ao labor comprometido cos máis necesitados de Sebastián Mora Rosado, secretario xeral de Cáritas Española.
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Mora Rosado insistiu en que debemos actuar saíndo ao encontro dos máis empobrecidos, acompañar a estas persoas nun proceso de dignificación e defender os dereitos humanos. Aspectos que se contemplaron nos catro apartados nos que dividiu a súa conferencia na que se referiu á acción, ó sentido e á espiritualidade en Cáritas.
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Insistiu en que debemos saír ás periferias, como nos lembrou o Papa Francisco, para levar a cabo unha misión evanxelizadora do social e desde o social. Mencionou que se debe intensificar a cultura do encontro cos máis empobrecidos, o acompañamento das persoas nos seus procesos de dignificación e a defensa os dereitos humanos dos excluídos. Un proceso, dixo, desde o que se debe potenciar unha sociedade con valores sólidos: «Temos unha misión desde dentro e fóra da institución. O dinamismo da caridade é único, dinámico e que salva». Subliñou que «non imos ser Cáritas se non temos capacidade non só de ver, senón de sentir a dor do mundo»
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Para Mora é fundamental conseguir unha sociedade con valores sólidos, para o que se debe reconstruír o capital social e cultural. «Necesitamos traballar nunha Cáritas nova -sinalou- para os tempos novos que nos tocou vivir. Non podemos seguir traballando como fai cincuenta anos, temos que saír a desenvolver un traballo misioneiro coas persoas máis próximas da nosa contorna». Nas súas últimas palabras volveu insistir en que o traballo en Cáritas debe potenciar a cultura do encontro cos máis empobrecidos da sociedade, «para coñecelos, acompañalos e axudarlles nas súas vidas». Todo iso a través dunha Cáritas enraizada na espiritualidade cristiá, que sexa compasiva e encarnada; contemplativa e interior, e disidente e expresiva.
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Cultura do ser e do ter
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Presidiu a Eucaristía Jesús García Vázquez, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago e na que participarán delegados episcopais diocesanos e consiliarios da institución.
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Da moción de entrada encargouse José Vicente Iglesias Martelo, director de Cáritas Interparroquial da Coruña, sinalando que todos nos sentimos comunidade, e sentímonos comunidade «non porque nos xuntemos para ter unha xornada, nin porque esteamos en Cáritas, nin sequera porque teñamos algún proxecto en común. Somos comunidade porque un só é o noso Pai, o celestial e un só é o noso Mestre, Cristo».
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Na súa homilía Jesús García Vázquez lembrou que desde Cáritas «queremos ser capaces de crear, construír comunidades, espazos comunitarios, solidarios e proféticos, que fagan realidade outro mundo posible, outra forma de vivir onde os valores da xenerosidade, a solidariedade, a xustiza e a gratuidade sexan unha realidade».
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O celebrante falou de que son moitas as cousas que obscurecen a esperanza de multitude de persoas: paro, pobreza, perda de dereitos, exclusión ou desamparo. «Tamén son moitas as persoas -dixo- que están comprometidas polo ben do próximo. Grazas a elas, outro mundo novo está a abrirse paso. Eles son signo de esperanza».
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García Vázquez insistiu en que a sociedade necesita un cambio profundo, «onde a ética prevaleza sobre a técnica, onde a cultura do ser vaia por diante da cultura do ter, onde compartir non quede afogado polo acaparar, onde as persoas teñan dignidade, non prezo, onde a solidariedade predomine sobre os egoísmos individuais ou de grupo, onde a paz estable sexa froito da xustiza, sen xustiza non pode haber paz».
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Papel do voluntario
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Nas distintas intervencións dos asistentes que participaron no coloquio falouse o papel do voluntario. O compromiso é claro: para que Cáritas poida levar a cabo a súa misión necesita organizarse e contar con persoas voluntarias, coas que facerse presente xunto ás persoas que viven a inxustiza da pobreza. Insistiuse en que o voluntariado é comprometido, activo, capaz de dar respostas, coherente coa misión que se lle encomenda, e que poida plasmar, a través da súa participación, uns valores como a solidariedade, a gratuidade, a igualdade. Un campo no que as denuncias das inxustizas sociais ocupan un lugar prioritario, así como a sensibilización e formación da sociedade.
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Tras a comida de confraternidade, que se serviu no mesmo lugar e en base a produtos galegos, os asistentes trasladáronse á Cidade da Cultura onde realizaron unha visita guiada polas distintas exposicións centrándose fundamentalmente na actual «Camiño, a Orixe».