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18 Oct

EL SERVICIO DE LA CARIDAD EN LA COMUNIDAD CRISTIANA

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Con motivo de la Asamblea  Diocesana de Santiago, que presidió el arzobispo, monseñor Julián Barrrio Barrrio,  el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, Jesús García Vázquez, pronunció la ponencia central del encuentro t bajo el título: El servicio  de la Caridad  en la Comunidad Cristina”.

El texto integro de su intervención es el siguiente :

Un saludo cordial a todos. Todos los que estamos aquí vamos en la misma barca. Todos sabemos hacia donde nos dirigimos. Y todos sabemos también quién lleva el timón de esta barca. Por eso, hay algo que nos une a todos nosotros, estamos como en familia: familia diocesana de Santiago. Y en familia siempre se está más a gusto y en confianza y esta es la impresión que yo tengo al estar delante de vosotros.

Me han encomendado a mi esta tarea de hacer una reflexión sobre la caridad, en este comienzo del curso pastoral; yo creo  que me lo encomendaron por ser en este momento delegado de Cáritas Diocesana, pero también es cierto que, cualquiera de los que estáis  aquí podéis hacer una reflexión  sobre la caridad, tan bien, igual  o mejor que yo, porque sobre la caridad todos hemos escuchado y hablado por activa y por pasiva. La teoría podemos decir la conocemos, en general, bastante bien , pero más que la teoría nos importa la práctica de la caridad.

Todos conocemos el refrán que dice: “una cosa es predicar y otra dar trigo”

Me permitís una pequeña experiencia mía a este respecto: estando yo de capellán de emigrantes españoles en la zona minera de Charleroi, en el sur de Bélgica, me llamó la atención al poco de llegar, una carta que encontré allí en la misión. Era una protesta que no sé si tenían razón o no, pero me causó impacto  ver como finalizaba: en letras grandes, decía: “CARIDAD, CARIDAD QUE TANTO SE TE PREGONA Y QUE POCOS TE TOMAN EN SERIO”. Tomar en serio la caridad  es lo que nos ocupa y preocupa.

Con todo vamos a hacer esta reflexión, probablemente diremos cosas ya conocidas, pero como somos olvidadizos, necesitamos recordar y revivir lo que muchas veces hemos escuchado para poder vivirlo y actualizarlo mejor.

EL TEMA ES ESTE:

EL SERVICIO DE LA CARIDAD EN LA COMUNIDAD CRISTIANA

EL TESTIMONIO DE LA CARIDAD ES CONSTITUTIVO DE LA VIDA DE LA COMUNIDAD

Dos realidades o partes sobre las que hay que reflexionar: comunidad cristiana y caridad; caridad y comunidad cristiana y ver como se interrelacionan

 Reflexionamos  sobre este tema  dentro del plan pastoral trienal que como saben se realiza en tres cursos:

  • En el curso 2011-2012 se presentó “La Palabra de Dios anunciada” bajo el lema: Señor, Tú tienes Palabras de vida eterna”
  • En el curso 2012-2013, se reflexionó sobre la Palabra de Dios celebrada con el lema:”celebremos con gozo la Palabra de Dios “
  • En este curso 2013-2014 se aborda el tema: “Palabra de Dios testimoniada” con el lema: Por sus frutos los conoceréis”
  • Los tres temas son inseparables: si no se conoce no se puede seguir, si no se celebra para alimentar la fe acabará desfalleciendo, y si no se vive de poco vale conocerla. Tiene que haber coherencia entre la fe que profesamos, la fe que celebramos y la fe que vivimos. De lo contrario, la esquizofrenia del creyente está servida y vacías nuestras vidas de credibilidad.

Reflexionemos, un poco, sobre estas dos partes del tema propuesto:

EL SERVICIO DE LA CARIDAD

EL APOSTOL SAN JUAN SE ATREVE A HACER UNA DEFINICIÓN DE DIOS  VALIENTE Y CONCISA, DICE: DIOS ES AMOR, EL GRAN MISTERIO QUE NOS DESBORDA, QUE ESPERAMOS COMPRENDERLO MEJOR EN LA OTRA ORILLA DE LA VIDA, TENEMOS QUE VERLO  CON LA IMAGEN DE UN PADRE AMOROSO QUE NOS QUIERE Y  NOS AMA, EN ESE DIOS CREEMOS PORQUE NOS FIAMOS DE LA PALABRA DE JESÚS

La caridad es el distintivo principal del Cristianismo, fundamentalmente fue lo que vino a enseñar Jesús: A AMAR : un amor universal, sin fronteras, Jesús no tenía acepción de personas. Para El un Jefe de Estado, un leproso , un banquero, una prostituta tienen el mismo valor: son HIJOS DE DIOS, un amor eficiente que se traduce en obras, amor comprometido sobre todo, con los más marginados. Así vivió Jesús el amor. El amor a Jesús lo llevó a estar al lado del ser humano, a defender a aquellos seres humanos que otros seres  humanos querían tratar como cosas. Una de las cosas  que a Jesús le hacía pasar al ataque era la minusvaloración o explotación de cualquier mujer o de cualquier hombre, y acabó en la cruz por defender a los más débiles de la sociedad.

La caridad  es la esencia del testamento de Jesús. Es la plenitud de la Ley. Es la palabra clave del Evangelio.

La fe y la caridad

  • El amor cristiano tiene sus raíces en la fe en Dios. EL NOS AMÓ PRIMERO y la fe es respuesta al don del amor con el cual Dios viene a nuestro encuentro
  • La caridad no es una consecuencia de la fe, algo distinto y posterior a ella, sino el elemento constitutivo de la misma fe.
  • La fe y el amor se necesitan mutuamente y están estrechamente unidas, ambas son dimensiones de una misma realidad. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor Resucitado.”Cada vez que lo hicisteis a uno de estos mis hermanos conmigo los hicisteis”.

Y uno de los temas fundamentales en la reflexión sobre la caridad, hoy, es la animación de la caridad en la comunidad. Este es el tema clave, verdaderamente nuclear en la vida y misión de la Iglesia y de todas y cada una de las comunidades cristianas, pues, la caridad, es obra de la comunidad y como nos recordó Benedicto XVI en el mensaje de la Cuaresma de 2012, reflexionar sobre la caridad y animarla en la comunidad es entrar  en” el corazón de la vida cristiana”

La caridad hace creíble a la Iglesia. No basta que nuestras comunidades cristianas sean creyentes. Deben ser además creíbles por el testimonio sincero de su fraternidad. La credibilidad de la Iglesia arranca siempre  de la vivencia coherente de la fraternidad. La caridad  es sentir con el otro, partir y repartir el pan a los otros y compartir los bienes para que todos tengan lo que necesitan para vivir con dignidad. Sin un amor concreto y eficaz hacia los necesitados de la sociedad la Iglesia de Jesús no será creíble

Sobre nosotros los cristianos recae la grave responsabilidad  de desvelar la bondad de Dios mediante actos concretos de fraternidad real que hagan creíble nuestra fe, porque, a veces, mas que reveladores, fieles reflejos del amor de Dios, hemos sido “veladores, u ocultadores del genuino rostro de Dios.

No podemos olvidar que el amor genuino es cosa de dos o más. Una persona puede querer a otra apasionadamente, pero si el otro no le corresponde no hay nada que hacer. Dios nos puede querer incondicionalmente, pero nosotros como somos libres y con capacidad de decisión,- somos los únicos seres en el cosmos que tenemos capacidad de decisión-, y con esta capacidad que tenemos podemos decir si o no al amor de Dios, podemos corresponder al amor de Dios o no. De ahí que, nuestra relación con Dios- sabemos que ser religioso es tener una relación vital con Dios- puede ser una historia de amor o una historia de desamor entre el hombre y Dios y Dios y el hombre.

El amor  es una comunicación entre dos o mas personas no es un “solo”, es “dúo”. Musicalmente hablando es mas difícil cantar un buen “dúo” que hacer un “solo”. El dúo exige precisión, sacrificio, disciplina, atención al otro. PERO SOLO ASI SE PUEDE HACER COMUNIDAD.

HABLEMOS UN POCO DE LA COMUNIDAD CRISTIANA

Lo vamos hacer escuchando un trozo de la Palabra de Dios sobre la primitiva comunidad cristiana.

HECHOS 2, 42-47

“Y perseveraban en la enseñanza de los Apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado y los Apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. Con  perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios  y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.”Hasta aquí el texto bíblico.

Breve análisis del texto

Los cinco primeros capítulos del libro de los Hechos de los Apóstoles se centran en la vida de la comunidad. Una  comunidad que, por ser la primera, se convierte en paradigma de todas las demás y del conjunto de toda la Iglesia.

Lo primero que se dice  es que el dinamismo de esta comunidad nace del Espíritu. Es el Espíritu, el Amor de Dios que se les ha comunicado en formas de lenguas de fuego, el que ha hecho nuevos a los seguidores de Jesús y los ha convertido en testigos del Resucitado con su forma nueva de pensar y de vivir.

UN BREVE RESUMEN DE LA VIDA DELA COMUNIDAD CRISTIANA PRIMITIVA

¿Cómo vive esta comunidad? El autor de los Hechos nos ofrece tres resúmenes en los que sintetiza los aspectos fundamentales de la vida de la primera comunidad cristiana. El primero es lo que hemos leído; los otros dos- que conviene leer-, son Hech 4,32-35 y 5,12-16 . Donde hace referencia a los pilares que destacan en el estilo de vida de la comunidad, yo señalaría estos:

  • Eran constantes. La vida de la comunidad crece y se consolida por medio de la constancia, por medio de la firmeza  en el seguimiento de Jesús.
  • Perseveraban en escuchar la enseñanza de los Apóstoles, es decir, en la fe de Iglesia. Los que convivieron con Jesús les hablaban de él, de sus palabras y hechos. Así se instruían.
  • Vivían en comunión, en unidad de corazones que se manifiesta en tener un mismo sentir y en compartir los bienes. La vida eclesial se manifiesta en la vida en común. Los que tienen más socorren a los que tienen menos, de modo que nadie se vea privado de lo necesario.
  • Celebraban la fracción del pan, o sea, la celebración instituida por Jesús en la última cena, “fracción del pan” llamaban a la eucaristía, la cena del Señor que celebraban en las casas y en el contesto de una comida.(1 Corint 11,20)
  • Junto a la fracción del pan, cuyo ritmo era semanal, diariamente rezaban fielmente las oraciones que rezaba cualquier judío piadoso y en privado. La oración mantenía la unidad de los miembros con Dios y entre si.
  • Y todo esto lo hacían con alegría y de todo corazón. Y este testimonio los hacia creíbles ante quienes los contemplaban y escuchaban.
  • Así deja claro Lucas, tanto en este sumario como en el segundo sumario en el que narra de nuevo el testimonio de la vida de la comunidad (Hechos 4,32-37) que la caridad no es algo accidental o periférico en la vida de la comunidad cristiana sino elemento constitutivo de su identidad y signo de credibilidad en la misión de anunciar el Evangelio, de hacer presente con la fuerza del Espíritu el amor y la misericordia de Dios. La caridad provocaba admiración, los hacía creíbles y fiables. Tanto es así que como dirá (Hechos 5,1-11) intentar engañar en el campo de la caridad, como también ocurrió, es un pecado gravísimo, pues es mentir al Espíritu y matar la vida  en el Espíritu. Es matar en nosotros la vida de Dios, porque Dios es Amor, es Caridad.

SIGAMOS REFLEXIONANDO SOBRE EL TEMA PROPUESTO

1º.-La acción caritativa y social en la Iglesia es un signo del amor entrañable de la comunidad

Si bien los biblistas están de acuerdo en manifestar que el sumario analizado no es una descripción histórica de una situación ideal vivida en la comunidad de Jerusalén, también lo están en que el texto nos ofrece una descripción de aquello a lo que toda comunidad  debe aspirar  confiando en la fuerza del Espíritu.

Hubo en la primitiva comunidad cristiana discriminaciones en el servicio a los pobres, pecados de insolidaridad, fallos de organización en el reparto de los bienes. Es verdad y lo denuncian en sus escritos Lucas, Pablo, Santiago con toda claridad y firmeza para que la comunidad  pueda corregirlos, pero las mismas denuncias ponen de relieve la importancia que en la comunidad se da al ejercicio y al testimonio de la caridad.

La caridad como hemos visto no es algo opcional o marginal, sino un elemento central de la fe y la misión de la Iglesia. Es una dimensión esencial y constitutiva, de la vida cristiana y eclesial. Y es algo que compete a todos, a cada uno en particular y a toda la comunidad.

Así lo dice Benedicto XVI” El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad .También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia, el amor necesita también una organización, como presupuesto  para un servicio comunitario ordenado.

El amor es ante todo  una tarea para cada fiel. Nos compete a todos  por nuestra identidad cristiana. Hemos sido ungidos  por el Espíritu desde el día de nuestro bautismo y en la confirmación, para ser Buena Noticia para los pobres. La caridad es tarea de todos: seglares, religiosos y sacerdotes. Hemos sido ungidos por el Espíritu- el Espíritu del amor-  y hemos sido ungidos para la misión.

Pero la caridad es tarea de toda la comunidad. Este servicio  no es una tarea individual dejada a merced del criterio y buena voluntad de cada cual. Es un servicio de todos y de toda la comunidad cristiana:” la naturaleza intima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la palabra de Dios, celebración de los Sacramentos y servicio de la caridad. Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia.

Este mismo criterio lo explicita la Comisión Episcopal de Pastoral Social cuando hablando de la Iglesia servidora  que encarna el rostro misericordioso de Dios manifestado en Cristo, dice que “ en la Iglesia de hoy debemos profundizar, adquirir una conciencia más honda de esta misión recibida del Espíritu Santo  para dar testimonio de la misericordia de Dios.  Se trata de un deber de toda la comunidad y no solamente de unos pocos. Digamos especializados en este ministerio. Hay diversidad de carismas otorgados por Dios para el bien común y no todos podemos ejercerlos todos, como tantas veces comenta San Pablo en sus cartas, sino que cada uno debe actuar el suyo  para el bien de todos. Pero debe ser común a todos los cristianos vivir y manifestar el amor, las entrañas de misericordia-según dice María en el Magnificat- que Dios tiene hacia los pobres, tal como Jesús de Nazaret tan especialmente nos encomendó a sus discípulos.

LA ORGANIZACIÓN DELA CÁRITAS NO ES OPCIONAL, SINO ELEMENTO CONSTITUTIVO DE NUESTRA IDENTIDAD

Pronto ante las dificultades y complejidad de este servicio, la comunidad cristiana primitiva descubrió la necesidad de darse una organización en el servicio de la caridad y eligió a siete, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría a quienes encomendó la “diaconía”, el servicio de la caridad. Y es que para que, el servicio a los desfavorecidos sea ordenado, implique a la comunidad y responda a las necesidades de cada momento histórico y social necesita una organización.

Por eso, a la espontaneidad del individuo debe añadirse también la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones. Y esto no solo por razones de eficacia-que también- sino por razones de comunión eclesial, porque solo así la acción caritativa y social de la Iglesia será significativa y expresión comunitaria del amor preferencial por los pobres y del rostro samaritano de la Iglesia.

Este servicio organizado a los pobres no es un servicio más o una misión más  entre las diversas misiones complementarias entre si que tiene la Iglesia, sino es la misión primordial, permanente, general e irrenunciable y debe ser a la vez la misión que marque y configure a la Iglesia en toda su estructura, costumbres y organización.

En consecuencia, podemos afirmar que  la iglesia  nunca puede sentirse dispensada  del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y que no hay una verdadera comunidad cristiana, donde no hay y no se visibiliza-porque somos sacramento- el ejercicio organizado de la caridad.

De esta necesidad de un orden en la administración de la caridad surge una organización como Cáritas que no es un brazo de la Iglesia ni una entidad que, por concesión eclesiástica se dedica a practicar la caridad. Cáritas es la Iglesia misma. La Iglesia  en el ejercicio de su amor y servicio  a los pobres. Por eso,  el presidente nato de la Cáritas Diocesana es el obispo y él es  el primer responsable de la acción caritativa diocesana, él mismo que la preside en la fe y en el culto, la preside en la caridad. Y el presidente nato de una Cáritas parroquial es el párroco, el mismo que preside a la comunidad en el anuncio de la fe y en la celebración de la fe.

No es igual Cáritas que una asociación de laicos creada para una determinada acción social o que una obra social de una congregación religiosa. No es igual por su relación con el obispo, pues Cáritas depende directamente de él y es él quién la preside, no solo la autoriza. No es igual por su relación con la comunidad, pues no es de unos asociados libremente, sino de toda la comunidad. Y no igual por el campo de la acción, pues no tiene un campo delimitado de acción social: educación, sanidad, tercer mundo presos, etc., sino la totalidad de las necesidades de los pobres de la comunidad.

De ahí que tengamos que potenciar y animar la Cáritas como organismo oficial de la Iglesia  para la acción caritativa y social en sus diversos niveles: parroquial, diocesano, regional, nacional. Y la vinculación del ejercicio de la caridad con el plan pastoral de la comunidad.

ALGUNAS  SUGERENCIAS O CRITERIOS FUNDAMENTALES QUE NOS APORTA LA FE Y QUE AÑADIMOS A LOS YA EXPUESTOS  PARA FUNDAMENTAR Y MOTIVAR LA ANIMACIÓN DE LA CARIDAD EN LA COMUNIDAD

1.1.-  La persona es el centro de nuestra acción caritativa y social

Yo  siempre pensé que para el bien de la humanidad había que aunar y sumar fuerzas a favor del ser humano aportando cada uno su propia visión del hombre y tratando de comprender la del otro, y que había que buscar una zona de contacto, un punto común entre los cristianos y los humanistas no creyentes, y este punto común podía ser este: la dignidad, la defensa y la promoción del ser humano y luchar contra aspectos de la cultura reinante que amenazan con degradar al ser humano y convertirlo en un objeto. No seria  poco para la humanidad ponernos de acuerdo en este punto, pero no es fácil, hace falta buena voluntad, menos descalificaciones simplistas y menos prejuicios, que todavía sigue habiendo muchos.

AUNQUE DEPUES LOS CRISTIANOS NOS DISTANCIEMOS no nos quedemos en una simple filantropía y veamos en la oferta de Jesus una visión mas plena y profunda del hombre. Por la fe en Cristo descubrimos la dignidad mas honda del ser humano: HIJO DE DIOS. Jesus nos enseña a ser humanos en profundidad cogiendo al ser humano desde las raíces  hasta la meta última.

El Evangelio coloca en el centro de su mensaje la dignidad de la persona, pero la persona fundamentada en Dios y abierta a Dios

Hemos de tener siempre muy presente que el “primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad”. Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la actividad económica y social”(GS).

El hombre descubriéndose amado por Dios comprende su propia dignidad transcendente, aprende a no contentarse consigo mismo y a salir al encuentro del otro creando una red fraterna y solidaria de relaciones humanizadoras.

Esta conciencia de la dignidad de la persona nos da un “talante contemplativo” en nuestra acción. Es más este talante contemplativo nos hace descubrir y contemplar a la persona  como “lugar teológico”.Nos lleva a descubrir en el pobre el rostro del Señor.

1.2.- Lo más importante en la acción caritativa y social es dar amor.

La fe nos descubre  que lo que salva es el amor, por eso el amor tiene que estar presente en toda acción pastoral.

Así lo afirma Benedicto XVI hablando de la ayuda caritativa y social: “ la actuación práctica resulta insuficiente si en ella no se puede percibir el amor por el hombre”.Hay que dar y ayudar al otro, pero, sobre todo, hay que darse, hay que dar amor, la caridad no es solo dar cosas, es compartir vida, dar la propia vida para otros puedan vivir con dignidad. El que quiera ayudar a los demás tiene que tener las manos suaves para no herirlos.

Es de gran importancia el estilo del dar, se puede dar con cara amiga o con caras de pocos amigos. El estilo del dar cristiano debe ser sencillo, elegante y generoso. Este fue el estilo de Jesús. En el campo de la caridad  es más importante el cómo que el qué. Alguien puede dar cosas y no amar, o dicho de otra manera, hay “ caridades “ que no son caridad porque no salen del corazón. Hay “caridades “ que hasta pueden humillar al prójimo. Si en la caridad no interviene el corazón corre peligro de convertirse en simple beneficencia burocrática y esto no es caridad.

“Solo así –dice Benedicto XVI- el don no humilla, sino que dignifica a la persona, a la que da y a la que recibe”. Un gran testigo de la caridad, San Vicente de Paúl, resume este criterio con una expresión muy elocuente:”Solo por tu caridad te perdonarán el pan que les das”.

No olvidemos que del amor  y de la generosidad brota todo lo grande , lo noble, lo bello que adorna la existencia humana.

1.3.-  La caridad es una respuesta  a la necesidad y al clamor de los pobres

Necesitamos abrir bien la mirada al  mundo en que vivimos, fijarnos en los que sufren al lado nuestro, descubrir los nuevos rostros de la pobreza, escuchar el clamor de los pobres, y desde ahí romper inercias y rutinas, si es necesario, y lanzarnos a buscar lo que hoy es bueno y necesario no solo para mi, o para mi caritas, sino para todos, especialmente para los últimos y más pobres a los que nos debemos

1.4.- La caridad implica luchar contra la pobreza y contra las causas que la generan

La pobreza no es fruto del destino y del fatalismo inevitable. Tiene unas causas que la generan. Detrás de ella hay mecanismos económicos, financieros, sociales y políticos…y un enfrentamiento lúcido y eficaz contra la pobreza exige indagar cuales son las causas y los mecanismos que la originan y de alguna manera la consolidan.  Solo así atacando las causas que la generan, se puede combatir eficazmente la pobreza.

Nuestra acción a favor del pobre no puede ser solo para tranquilizar nuestra conciencia y seguir manteniendo un orden social injusto. Tiene que ir acompañada de la dosis necesaria de anuncio y denuncia para contribuir en lo posible a la transformación social para quienes reciben ayuda y vayan liberándose  de la dependencia externa  y se vayan bastando a si mismos, siendo así protagonistas de su propia historia.

1.5.- Los agentes de la caridad no somos meros” gerentes” de lo social, sino mediadores del amor de Dios.

Los que trabajamos en el servicio de la caridad somos hombres y mujeres que hemos sido llamados a ser instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios. Somos medios a través de los cuales se manifiesta y hace presente para los pobres la gracia, el amor gratuito de nuestro Dios. Esto mismo lo ha dicho el papa Francisco con palabras más vivas e incisivas. Hablando a los sacerdotes de su ministerio como mediadores de la gracia, dijo algo que vale también para nosotros:”Todos conocemos  la diferencia: el intermediario y el gestor” ya tienen su paga,  y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón”

1.6.- La acción caritativa y social requiere una sólida espiritualidad

Vivir así el ejercicio de la caridad requiere una mística, por eso hemos de estar muy atentos al espíritu que la anima y alienta, pues, la caridad o está fundamentada en el Espíritu y animada por el Espíritu o no es caridad, pues, cristianamente  hablando, no puede haber más espiritualidad que la que viene del Espíritu  Santo. La caridad es una fuerza que tiene su origen en Dios “amor eterno  y Verdad absoluta” de la que Jesucristo se ha hecho testigo  con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección”.Debemos ser, pues, reflejo de la bondad de Dios: los que aman de verdad al prójimo reflejan el rostro de Dios, de un Dios lleno de bondad y de misericordia, que se hace cercano a los humanos gracias  a la bondad y misericordia de los buenos samaritanos que recogen a los malheridos de los caminos del mundo sin pedirles explicaciones, ni presentarles factura. Cada vez  que gratuitamente nos volcamos a favor de los más necesitados somos un fiel reflejo de la bondad entrañable de Dios Padre que se sirve de nosotros para desvelar su amor a los hombres.  Sobre nosotros los cristianos  recae la responsabilidad de desvelar la bondad de Dios mediante actos concretos de fraternidad real que hagan creíbles nuestra fe.

En cierta ocasión Madre Teresa de Calcuta, recogió a un hombre miserable, tirado en una calle de Calcuta, la lavó y le curó las heridas y le dio cama y comida. Aquel hombre no era creyente y fijando sus ojos en la cara de Madre Teresa, le dijo: “Madre, yo no sé si Dios existe, pero si existe, seguro que se asemeja a Ud.”

Como dice San Juan, es la experiencia de ser amado por Dios la que nos posibilita amar a los hermanos. Por eso, la caridad hunde sus raíces en la fe en Dios. De ahí que Cáritas o será mística o no será.

1.7.- Necesitamos un amor inteligente, iluminado por la Verdad y por la mediación de las ciencias sociales.

Lo primero que nos dice “Cáritas in veritate” es que el amor –la caridad- alcanza su verdadera vocación y dimensión cuando está iluminada por la verdad. Necesitamos una caridad con fundamento, edificada sobre roca, no sobre arena movediza de nuestros sentimientos, y este fundamento es la verdad. Pero necesitamos también el concurso de todos los saberes humanos-económicos, sociales, antropológicos, culturales, espirituales- y que los diferentes ámbitos del saber humano sean interactivos. La caridad no excluye el saber, más bien lo exige, lo promueve y lo anima desde dentro. Sin el saber el hacer es ciego, y el saber es estéril sin el amor.

RETOS QUE SE NOS PLANTEAN HOY EN EL EJERCICIO DE CARIDAD

A estos criterios añadimos algunos retos que la realidad social y eclesial nos plantean hoy a cuantos estamos implicados en el ejercicio de la caridad

2.1 Una caridad más transformadora

El escándalo del hambre y la creciente pobreza, mientras se destruyen excedentes alimentarios, y la creciente desigualdad, también en los países ricos, concretamente en España, nos plantean el reto de una caridad transformadora capaz de incidir en las estructuras socioeconómicas y de asumir las implicaciones políticas de la fe y de la caridad.

La caridad no puede ser meramente paliativa, debe ser preventiva y curativa. No solo paliar la pobreza sino erradicar la pobreza. No solo dar el pez sino la caña para pescar.

A veces los que trabajan y se sacrifican a favor de los demás  pueden perder la sensación de perder el tiempo. Sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar seria menor si le falta esa gota.

No olvidemos que la vida se compone de pequeños detalles y con pequeños detalles se puede transformar y cambiar el mundo.

2.2 Una caridad profética

Esto conlleva el reto de una caridad  más profética, con más capacidad de anuncio y de denuncia, y más testimonial, más de gestos que de palabras. No podemos callar cuando se pisotea la dignidad humana, no se reconocen sus derechos y los seres humanos no tienen las condiciones para vivir con dignidad. No podemos seguir viviendo y derrochando igual.

2.3  Superar el economicismo y promover el desarrollo integral

El reto de apostar de manera eficaz por un desarrollo integral que no se mida únicamente en términos económicos que contemple dimensiones más amplias y profundas, como el desarrollo intelectual, ético, social y también espiritual y religioso.

2.4.- Acompañar a la humanidad en la búsqueda de un nuevo modelo económico y social

En consecuencia uno de los mayores retos que se nos plantean en el futuro inmediato  es el de acompañar a la humanidad en la búsqueda de un nuevo modelo económico y social, capaz de crear comunidad y hacer posible la justicia, la libertad y la paz.

2.5.  Tomar conciencia frente a un mundo individualista y egoísta que la tarea fundamental del hombre es hacerse en comunidad. El ser humano no es un ser cerrado como un círculo, sino abierto como un ángulo. La gran tentación  de nuestro tiempo es  la perdida del sentido comunitario. Esto lleva consigo trabajar  para hacer crecer la cultura de la austeridad –solidaria que es una manera muy realista de ser solidario, contentándose con un nivel  de vida digno, entregando lo restante para que otros sencillamente puedan vivir con dignidad.

La clave para la humanización del mundo que es lo que pretendemos está en fomentar la cultura de la gratuidad y de la solidaridad.

2.6-Potenciar la dimensión evangelizadora de la caridad

Necesitamos potenciar la dimensión evangelizadora de la caridad y hacer cada día más visible que la diaconía de la caridad no es algo ajeno a la diaconía de la fe, sino que ambas son dimensiones de una misma realidad: Una Iglesia que es Buena Noticia para los pobres, los sienta a su mesa y se deja evangelizar y transformar por ellos.

5º.- CARITAS EN NUESTRA DIÓCESIS

Aunque todo es mejorable,  tengo que decir, y  que Cáritas Diocesana de Santiago  tiene ciertos  problemillas, pero funciona bien, hay buen ambiente , se trabaja, a veces, hasta a un ritmo frenético. Hemos tenido la suerte de recibir del equipo anterior una Cáritas bien estructurada. A nuestro equipo dirigido por Anuncio nos toca además del trabajo diario, abrir nuevos horizontes y frentes:

  • Unificando las contabilidades para hacer una auditoría que nos exigen.
  • Organizando un equipo de juristas para ayudar y orientar en ciertos casos, sobre en Centro penitenciario de Teixeiro.
  • Crear un servicio de formación permanente de los voluntarios de Cáritas que ya empezará a funcionar este año.
  •  Un gran avance en los medios de comunicación se puso en marcha la página web diocesana con todos los enlaces y ya estamos trabajando con Facebook y Twiter, que es el futuro en nuestra sociedad.
  •  En la animación comunitaria lleva a cabo la labor asistencial, de acompañamiento y asesoramiento, etc
  •  Se está ampliando la red de Cáritas parroquiales constituidas. Tenemos 258 Caritas parroquiales constituidas  y a este ritmo en tres o cuatro  años puede estar cubierta toda la diócesis, animando y al mismo tiempo consolidando a los equipos ya constituidos.
  • Y queremos seguir trabajando con un pié apoyado en el suelo, apoyado en el pasado porque el mundo no empezó con nosotros  y un pié en el aire para avanzar, abierto al futuro, a nuevas expectativas, porque esperamos que el mundo no acabe con nosotros.
  • Sabemos que el motor de caritas es Cristo, por eso caritas somos todos los creyentes en Cristo porque todos tenemos la obligación de anunciar la Buena Nueva, de celebrar la liturgia y preocuparnos por los pobres. Y todo se realiza en la parroquia que es en Caritas el punto de partida, el núcleo, el centro de trabajo que se desarrolla en la institución.

Para terminar,  empecé con una pequeña experiencia mía en Bélgica y voy acabar con otra, son pequeñas cosas que a mi en su momento me llamaron la atención y quiero compartirlas con vosotros

En cierta ocasión vino dar una conferencia a Charleroi el Cardenal Suennes, Arzobispo de Malinas-Bruxelas, muy conocido en Bélgica, por intervenciones  en el Concilio Vaticano II y por un programa que tenía en la radio y TV,  donde se podía abordar cualquier tema, sin guión, a pecho descubierto, intervenía quién quería y todo esto lo hizo muy conocido y al final de la conferencia, a la que yo asistí, una señora se levanta y dijo: Acaba de morir Juan XXIII, todo el mundo sabe que Ud. era amigo personal de él, ¿qué opina de él?

Y a mí me llamó la atención su gesto, era un hombre alto, de carácter serio y ante esta pregunta se limitó a bajar la vista y digo: “sencillamente era un ser humano con el que gustaba vivir” .No dijo más nada pero dijo lo suficiente.

Ojalá pudiesen decir de cada uno de nosotros que somos personas con las que gusta vivir, pues, entonces, estaríamos poniendo nuestro granito de arena para construir  la hermandad universal de la tanto habló Francisco de Asís y mucho antes Jesús de Nazaret

Tenemos que contribuir, como tantas veces decía el Hermano Roget de Taizé: “Tenemos que hacer de esta tierra un lugar habitable para todo ser humano cercano o lejano.”

Esta es nuestra tarea  trabajar para hacer un mundo con esperanza, más humano, más fraterno, más justo, más digno de la persona.

Por mi parte nada más. Muchas gracias por escucharme.

 6º.-  Tenemos aquí dos testimonios: porque no queremos quedar en la teoría sino  pasar a la práctica, los hechos son los que nos interesan. Pero antes de pasar la palabra a estos dos testimonios, permitidme una pequeña anécdota.

Estando hace años  preparando el terreno para hacer una concentración parcelaria en Arzúa  nos vino hablar un ingeniero del Iryda y estando hablando  sentados en un escuela rural, a mi lado un  ganadero ya mayor con su bastón, en medio de la conversación me dijo al oído:”falar fala ben, pero o que o fastidian son os feitos” el lo dijo con más énfasis. Lo que interesan son los hechos, por eso paso la palabra a estos testimonios.