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01 Abr

¿CÓMO SE MIDE LA POBREZA?¿COMO SE MIDE A POBREZA?

JUancho DumallJuancho Dumall (El Periódico)

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La agria reacción del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al ser preguntado por el informe de Cáritas sobre la pobreza infantil en Europa, que deja a España en muy mal lugar (solo Rumanía estaría peor) pone sobre la mesa una cuestión de enorme interés: la contradicción entre los indicadores macroeconómicos, que apuntan hacia una recuperación de la economía española, y una realidad social desoladora pero difícil de medir con métodos estadísticos al uso. El ministro descalificó el ránking establecido por la oenegé más importante de la Iglesia Católica con el argumento de que, al tener España mayor renta media que otros países, las cifras relacionadas con el umbral de la pobreza relativa salen distorsionadas.

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Sin duda, es un argumento. Pero el quid de la cuestión no está en las técnicas demoscópicas, ni en si los pobres griegos son más pobres que los pobres españoles o que los pobres búlgaros, sino en poner de manifiesto que en una sociedad compleja y con las desigualdades en aumento pueden coexistir, y coexisten, algunos buenos datos económicos (sube la bolsa, baja la prima de riesgo, se frena la destrucción de empleo…) con un drama social sumergido y del que organizaciones como Cáritas son muy conscientes.

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Demagogia relativa

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El ministro se mostró especialmente molesto con la comparación hecha por los portavoces de Cáritas que presentaron el estudio entre el coste para el Estado del rescate de las autopistas de peaje fallidas y el que supondría paliar la situación de las 700.000 familias que, según la EPA, tienen a todos sus miembros en paro y sin subsidios. «No se deben mezclar conceptos», dijo Montoro. De acuerdo, pero él mismo lo hizo cuando, a continuación, dijo que la quiebra de las autopistas supondría un coste de 3.600 millones en un año que se restarían de las políticas para la cohesión social.

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Cualquier comparación puede resultar demagógica, pero no le debería sorprender al ministro que en la sociedad civil se hagan cálculos del dinero público destinado a unas y otras necesidades, porque la sensación es que la pobreza no es una prioridad de los gobiernos.

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JUancho DumallJuancho Dumall (El Periódico)

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A agre reacción do ministro de Facenda, Cristóbal Montoro, ao ser preguntado polo informe de Cáritas sobre a pobreza infantil en Europa, que deixa a España en moi mal lugar (só Romanía estaría peor) pon sobre a mesa unha cuestión de enorme interese: a contradición entre os indicadores macroeconómicos, que apuntan cara unha recuperación da economía española, e unha realidade social desoladora pero difícil de medir con métodos estatísticos ao uso. O ministro descalificou o ranking establecido pola oenegué máis importante da Igrexa católica co argumento de que, ao ter España maior renda media que outros países, as cifras relacionadas co limiar da pobreza relativa saen distorsionadas.\r\nSen dúbida, é un argumento. Pero o quid da cuestión non está nas técnicas demoscópicas, nin en se os pobres gregos son máis pobres que os pobres españois ou que os pobres búlgaros, senón en pór de manifesto que nunha sociedade complexa e coas desigualdades en aumento poden coexistir, e coexisten, algúns bos datos económicos (sobe a bolsa, baixa a prima de risco, fréase a destrución de emprego…) cun drama social mergullado e do que organizacións como Cáritas son moi conscientes.

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Demagoxia relativa

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O ministro mostrouse especialmente molesto coa comparación feita polos portavoces de Cáritas que presentaron o estudo entre o custo para o Estado do rescate das autoestradas de peaxe erradas e o que suporía paliar a situación das 700.000 familias que, segundo a EPA, teñen a todos os seus membros en paro e sen subsidios. «Non se deben mesturar conceptos», dixo Montoro. Dacordo, pero el mesmo fíxoo cando, a continuación, dixo que a quebra das autoestradas suporía un custo de 3.600 millóns nun ano que se restarían das políticas para a cohesión social.\r\nCalquera comparación pode resultar demagóxica, pero non lle debería sorprender ao ministro que na sociedade civil se fagan cálculos do carto público destinado a unhas e outras necesidades, porque a sensación é que a pobreza non é unha prioridade dos gobernos.