La ayuda a la dependencia pierde 24.529 beneficiarios hasta noviembreA axuda á dependencia perde 24.529 beneficiarios até novembro
El sistema no es capaz de reponer las bajas de los fallecidos al ritmo que se producen
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La lista de espera alcanza las 167.869 personas, según los últimos datos de 2014
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Jaime Prats / El País
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El sistema de la dependencia conmemora este mes el octavo aniversario de su puesta en marcha y lo hace a la baja, según los datos de 2014. El número de personas amparadas por alguno de los servicios previstos en la norma (una plaza residencial, ayuda a domicilio, teleasistencia, una prestación por cuidados familiares) ha menguado en los primeros 11 meses del año pasado en 24.529 beneficiarios (cerca de un 3,25%), como muestran los últimos registros hechos públicos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a 30 de noviembre de 2014, que cifran en 729.313 a las personas con ayudas.
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La tendencia también es decreciente si se toma como referencia el mes de diciembre de 2011, el momento en el que Mariano Rajoy asumió la presidencia del Gobierno y comenzó a aplicar recortes a la norma, el primero de ellos, en su segundo Consejo de Ministros, cuando aplazó la atención de los dependientes moderados, prevista para 2012. Desde entonces, el número de personas con cobertura ha retrocedido en 9.274.
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Muertos a la espera de las ayudas
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Mientras la lista de espera de la dependencia ha descendido de forma notable (de 305.941 personas en diciembre de 2011 a 167.869 a finales de noviembre de 2014), los beneficiarios que disfrutan de su prestación no han aumentado, sino que se han reducido en 9.274 personas este mismo periodo. Es decir, si hay menos gente esperando a recibir ayudas no es porque se esté agilizando la incorporación de nuevos beneficiarios, ya que, también retroceden.
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¿A qué se debe entonces la enorme reducción de esta bolsa? La Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales lo tiene claro: fundamentalmente a los miles que han muerto atrapados en la maraña administrativa que precede al acceso a las ayudas. Un análisis elaborado por esta entidad calcula que desde diciembre de 2011 hasta noviembre de 2014 han fallecido 117.000 personas aguardando la prestación a la que tenían derecho. Por ello, para el presidente de esta entidad, José Manuel Ramírez, no es ningún éxito la reducción de la lista de espera de la que presume el Ministerio: «Es un dato para la vergüenza que se manipula torticeramente en un intento desesperado por vender una gestión eficiente».
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Para el Ministerio este cálculo es exagerado, aunque no ofrece datos oficiales sobre fallecidos en lista de espera. “Estamos estudiando estos datos, de momento podemos decir que entre el 70% y el 72% de las bajas que se producen ya recibían prestación, esto no se corresponde con 100.000 fallecidos”, explica el director del Imserso, César Antón.
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Lo cierto es que apenas hay datos oficiales sobre el drama de las personas que mueren a la espera de ayudas. Y los que existen son muy parciales. Como los trasladados en noviembre por la consejera catalana de Bienestar Social, Neus Munté. En una respuesta parlamentaria manifestó que, solo en el municipio de Barcelona, desde enero de 2007 han muerto 10.704 ciudadanos reconocidos como dependientes que no llegaron a tener ayudas.
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César Antón, director general del Imserso, la entidad dependiente del Ministerio de Sanidad responsable de supervisar la aplicación de la dependencia, admite que a lo largo de 2014 se ha reducido el número de beneficiarios atendidos, pero pide paciencia. “Hay que tener prudencia, esperar al final del ejercicio y observar los datos a 31 de diciembre para sacar conclusiones, los datos son aún provisionales”, traslada a este diario. “El año pasado ya acabamos con más personas atendidas que el año anterior y desde el mes de septiembre hay un aumento de usuarios en prácticamente todas las comunidades autónomas”.
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La reducción en la población atendida que muestran los datos no obedece a la falta de demanda de prestaciones por parte de potenciales nuevos usuarios. Existen decenas de miles de personas con derecho a disfrutar de las ayudas —por ajustarse a las condiciones que establece la ley para percibirlas— que no las reciben. Todos ellos integran la llamada lista de espera de la dependencia que aún alcanza las 167.869 personas a pesar de haberse reducido de forma considerable (eran 305.941 en diciembre de 2011). Se trata de personas que han sido reconocidas como dependientes por los servicios sociales autonómicos, que son los que gestionan el sistema, pero que están pendientes de disfrutar las ayudas que les corresponden, en buena medida, por las estrecheces financieras de las autonomías.
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El problema está en que el sistema de la dependencia (aunque con notables diferencias entre las comunidades) es incapaz de incorporar y asistir a nuevos beneficiarios al mismo ritmo que se producen las bajas (los dependientes suelen ser población mayor en situación de salud delicada con una elevada mortalidad). El resultado de ello es el retroceso en el número de personas atendidas y las decenas de miles de personas que se agolpan a las puertas de la dependencia a la espera de recibir las prestaciones.
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La Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, a través de su presidente, José Manuel Ramírez, considera que el balance provisional de 2014 «corrobora la destrucción del sistema de la dependencia». Ramírez culpa de la caída de beneficiarios a los recortes introducidos por Mariano Rajoy a partir de agosto de 2012. Entre otras medidas, desde entonces se eliminó una partida de financiación estatal que ascendía a 283 millones de euros al año (el denominado nivel acordado) y se redujo en un 15% la prestación económica por cuidados en el hogar. Está previsto que en junio de este año se incorporen finalmente al sistema los dependientes moderados, en torno a 315.000 personas, cuya atención se aplazó a finales de 2011. El Gobierno no ha aumentado la partida del presupuesto de 2015 relativa a la dependencia para contemplar este nuevo gasto, aunque sostiene que la incrementará a medida de que las autonomías integren a estas personas en la red asistencial
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O sistema non é capaz de repor as baixas dos falecidos ao ritmo que se producen
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A lista de espera alcanza as 167.869 persoas, segundo os últimos datos de 2014
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Jaime Prats / EL PAÍS
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O sistema da dependencia conmemora este mes o oitavo aniversario da súa posta en marcha e faino á baixa, segundo os datos de 2014. O número de persoas amparadas por algún dos servizos previstos na norma (unha praza residencial, axuda a domicilio, teleasistencia, unha prestación por coidados familiares) minguou nos primeiros 11 meses do ano pasado en 24.529 beneficiarios (preto dun 3,25%), como mostran os últimos rexistros feitos públicos polo Ministerio de Sanidade, Servizos Sociais e Igualdade, a 30 de novembro de 2014, que cifran en 729.313 ás persoas con axudas.
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A tendencia tamén é decrecente se se toma como referencia o mes de decembro de 2011, o momento no que Mariano Rajoy asumiu a presidencia do Goberno e comezou a aplicar recortes á norma, o primeiro deles, no seu segundo Consello de Ministros, cando aprazou a atención dos dependentes moderados, prevista para 2012. Desde entón, o número de persoas con cobertura retrocedeu en 9.274.
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Mortos á espera das axudas
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Mentres a lista de espera da dependencia descendeu de forma notable (de 305.941 persoas en decembro de 2011 a 167.869 a finais de novembro de 2014), os beneficiarios que gozan da súa prestación non aumentaron, senón que se reduciron en 9.274 persoas este mesmo período. É dicir, se hai menos xente esperando a recibir axudas non é porque se estea axilizando a incorporación de novos beneficiarios, xa que tamén retroceden.
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¿A que se debe entón a enorme redución desta bolsa? A Asociación de Directoras e Xerentes en Servizos Sociais teno claro: fundamentalmente aos miles que morreron atrapados na maraña administrativa que precede ao acceso ás axudas. Unha análise elaborada por esta entidade calcula que desde decembro de 2011 até novembro de 2014 faleceron 117.000 persoas agardando a prestación á que tiñan dereito. Por iso, para o presidente desta entidade, José Manuel Ramírez, non é ningún éxito a redución da lista de espera da que presume o Ministerio: «É un dato para a vergoña que se manipula torticeramente nun intento desesperado por vender unha xestión eficiente».
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Para o Ministerio este cálculo é esaxerado, aínda que non ofrece datos oficiais sobre falecidos en lista de espera. «Estamos a estudar estes datos, de momento podemos dicir que entre o 70% e o 72% das baixas que se producen xa recibían prestación, isto non se corresponde con 100.000 falecidos», explica o director do Imserso, César Antón.
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O certo é que apenas hai datos oficiais sobre o drama das persoas que morren á espera de axudas. E os que existen son moi parciais. Como os trasladados en novembro pola conselleira catalá de Benestar Social, Neus Munté. Nunha resposta parlamentaria manifestou que, só no municipio de Barcelona, desde xaneiro de 2007 morreron 10.704 cidadáns recoñecidos como dependentes que non chegaron a ter axudas.
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César Antón, director xeral do Imserso, a entidade dependente do Ministerio de Sanidade responsable de supervisar a aplicación da dependencia, admite que ao longo de 2014 reduciuse o número de beneficiarios atendidos, pero pide paciencia. «Hai que ter prudencia, esperar ao final do exercicio e observar os datos a 31 de decembro para sacar conclusións, os datos son aínda provisionais», traslada a este diario.»O ano pasado xa acabamos con máis persoas atendidas que o ano anterior e desde o mes de setembro hai un aumento de usuarios en practicamente todas as comunidades autónomas».
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A redución na poboación atendida que mostran os datos non obedece á falta de demanda de prestacións por parte de potenciais novos usuarios. Existen decenas de miles de persoas con dereito a gozar das axudas «por axustarse ás condicións que establece a lei para percibilas» que non as reciben. Todos eles integran a chamada lista de espera da dependencia que aínda alcanza as 167.869 persoas a pesar de reducirse de forma considerable (eran 305.941 en decembro de 2011). Trátase de persoas que foron recoñecidas como dependentes polos servizos sociais autonómicos, que son os que xestionan o sistema, pero que están pendentes de gozar as axudas que lles corresponden, en boa medida, polas estreitezas financeiras das autonomías.
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O problema está en que o sistema da dependencia (aínda que con notables diferenzas entre as comunidades) é incapaz de incorporar e asistir a novos beneficiarios ao mesmo ritmo que se producen as baixas (os dependentes adoitan ser poboación maior en situación de saúde delicada cunha elevada mortalidade). O resultado diso é o retroceso no número de persoas atendidas e as decenas de miles de persoas que se apiñan ás portas da dependencia á espera de recibir as prestacións.
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A Asociación de Directoras e Xerentes en Servizos Sociais, a través do seu presidente, José Manuel Ramírez, considera que o balance provisional de 2014 «corrobora a destrución do sistema da dependencia». Ramírez culpa da caída de beneficiarios aos recortes introducidos por Mariano Rajoy a partir de agosto de 2012. Entre outras medidas, desde entón eliminouse unha partida de financiamento estatal que ascendía a 283 millóns de euros ao ano (o denominado nivel acordado) e reduciuse nun 15% a prestación económica por coidados no fogar. Está previsto que en xuño deste ano se incorporen finalmente ao sistema os dependentes moderados, ao redor de 315.000 persoas, cuxa atención se aprazou a finais de 2011. O Goberno non aumentou a partida do orzamento de 2015 relativa á dependencia para contemplar este novo gasto, aínda que sostén que a incrementará a medida de que as autonomías integren a estas persoas na rede asistencial