Las familias sin recursos que van a Cáritas crecieron un 43% en el 2011Las familias sin recursos que van a Cáritas crecieron un 43% en el 2011
Las familias sin recursos que van a Cáritas crecieron un 43% en el 2011
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Arousa se vuelca con los necesitados y crecen las ayudas y los donativos
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Susana Luaña (Vilagarcía / La Voz)
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Era una evidencia que se iba confirmando día a día y que ahora ratifica la memoria de Cáritas del año pasado. La crisis está dejando a tantas familias en la estacada que el número de usuarios que van al centro de día, ya sea para comer, para llevarse ropa, para que le paguen un recibo de la luz o para asistir a los cursos de formación laboral aumentaron un 43% en el último año, una avalancha a la que la entidad pudo hacer frente gracias a que también las ayudas particulares se multiplican en la misma proporción.
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En todas las parroquias de Cáritas de Arousa -que engloba los ayuntamientos de Catoira, Vilagarcía, Vilanova, Cambados, A Illa y parte de Caldas- se atendió el año pasado a 5.496 personas, cuando en el 2009 fueron 4.318. De ellos, 2.476 acudieron a los servicios del centro de día, un 43% más que el año anterior.
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Aunque a las instalaciones de la plaza de la Constitución en Vilagarcía acuden tanto familias como transeúntes, extranjeros y sin techo, gitanos y toxicómanos, a la entidad le preocupan especialmente -tal y como dice su presidente, Francisco Fernández-, las familias y los transeúntes, porque son los colectivos que más crecen y los más vulnerables. En el caso de las familias -fueron 608 las que el año pasado se tuvieron que cobijar bajo el paraguas de la oenegé- porque cada vez son más las que tienen a todos sus miembros en el paro y en cuyas casas no entra ya ingreso alguno. Y en lo que se refiere a los sin techo, porque su desarraigo, sus problemas de salud y su vida errante les priva de muchos servicios de los que se podrían beneficiar si estuviesen empadronados en alguna localidad.
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La gravedad de la situación y la desesperación en la que se encuentran muchas personas está dando lugar a un fenómeno que hasta ahora no se había visto con tanta evidencia en los servicios de Cáritas. «Detectamos una crispación terrible -admite Francisco Fernández-. No tienen nada y vienen rebotados y hasta desesperados. Llegan cargados de violencia, pero se van más tranquilos porque aquí encuentran lo que necesitan».
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Pero no todo son malas noticias, porque la respuesta de la sociedad a esa situación tan dura es una marea solidaria sin precedentes. A la vez que los recortes enfrían las ayudas de las administraciones, las aportaciones privadas crecen. Y no solo en forma de dinero -en el 2011 recibieron donativos por valor de 37.000 euros- sino también en especie, con una larga lista de alimentos que van de los helados a los ajos y de las conservas al jamó serrano. «Hasta recibimos seis kilos de percebes de un decomiso».
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Por todo ello, pese a las dificultades, Cáritas cerró en positivo su balance económico del 2011, con 259.192 euros en gastos y 271.482 en ingresos. Aunque lógicamente no es el objetivo de la entidad cerrar con beneficios, el año pasado ayudó que a Cáritas le tocó el reintegro de la lotería de Navidad y que los compradores no cobraron 21.876 euros. Para el presente año aprobaron un presupuesto similar, pero las necesidades en el 2012 son mayores.
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