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09 Jul

MEMORIA DIOCESANA 2014

Portada Memoria JPOGAl presentar la memoria 2014 de Cáritas Diocesana de Santiago, cumplimos con nuestro deber de dar cuenta a la sociedad de las ayudas que la institución recibe a lo largo del año para ayudar a los que más lo necesitan. En el presente documento se reflejan las actividadesrndesarrolladas por Cáritas. Un trabajo, de gran importancia, detrás del que están miles de personas, voluntarios y agentes, sin olvidar a los técnicos, que diariamente atienden y ayudan a todas aquellas personas que cruzan el umbral de una de las ciento de puertasrnque Cáritas tiene abiertas.

No podemos olvidar que en el corazón incluso de la misión cristiana está el compromiso de anunciar la «Buena Noticia» a los pobres a quien tenemos que ofrecer signos de salvación y gestos de solidaridad. Esta concienciación los llevan a avivar nuestra responsabilidad pastoral entre los pobres, con los pobres y desde los pobres en virtud de la caridad. En este horizonte es preciso recordar el compromiso por la justicia y por la paz en un mundo como el nuestro, marcado por tantos conflictos e intolerables desigualdades sociales y económicas.

Servir al prójimo por amor forma parte de la dignidad del ser humano. Quien sirve libremente y por amor a los demás crece y madura como persona. Sabemos que del amor y de la generosidad brota todo el grande, el noble, el bello que adorna la existencia humana. No hay mejor agradecimiento a Dios por sus dones que hacer partícipe a los demás de ellos.

La Memoria ofrece los datos de un trabajo realizado durante doce meses por tantos cristianos que acompañaron las muchas personas, ayudándoles en lo que pudieron en medio de no pocas incertidumbres, y siendo auténticos artífices de una sociedad más justa, fraternal y humana. Donde hay caridad, allí está Dios. Amar de verdad al hombre es encontrarse con Dios. La Iglesia no puede permanecer indiferente al desafío que le llega desde el mundo de la pobreza y de la marginación, de la injusticia y de la explotación.

Es necesario estar junto a los pobres y excluidos y discernir la justicia de sus reclamaciones para responder a las mismas.rnPor tanto, donde puede darse un paso por causa de los pobres, por dar libertad a los oprimidos, pan a los hambrientos y esperanza a los desesperados, allí tiene que hacerse presente a Iglesia. Cuando hablamos de la opción por los pobres no se trata de algo que podamos tomar o dejar, sino de algo que nos compromete.

El objetivo de Cáritas es la promoción integral del ser humano que no se mide únicamente en términos económicos aunque también, sino que contempla dimensiones más amplias y profundas: como el desarrollo intelectual, ético, social, espiritual y religioso de la persona. Esto nos exponen hoy el reto de una caridad más transformadora que no se limite a paliar la pobreza sino a erradicarla, y que sea capaz de incidir en las estructuras socioeconómicas y de asumir el compromiso social de nuestra fe.

Los colaboradores de Cáritas además del trabajo que realizan nos dan motivos para convocar a la esperanza a toda la sociedad e invitar la cada persona a sumarse a la cita que cada día Cáritas lleva a cabo para acompañar la quien llevan la peor parte de la crisis.

Tampoco podemos olvidar ante los desafíos que se nos exponen en la sociedad actual, la dimensión evangelizadora de la caridad, haciendo cada día más visible que la diaconía de la caridad no es algo ajeno a la diaconía de la fe, sino que ambas son dimensiones de una misma realidad.rnQuiero tener un recuerdo agradecido especialmente para todos aquellos: agentes, voluntarios, contratados,  personas anónimas que durante este año realizaron un trabajo muchas veces callado a favor de los más  necesitados, a favor de la dignidad humana que es el centro de nuestra acción caritativa y social de la diócesis.

Para finalizar expreso mi más profundo reconocimiento para todas las instituciones públicas y personales y para todos los que hicieron posible con sus aportaciones y ayudas, que se realizaran los proyectos e iniciativas previstos para el año 2014. A todos muchas gracias! Con vuestra generosidad, y entrega hacéis posible que los que sufren, los últimos de la sociedad, sientan que no están solos, y que con el mejor de los esfuerzos consigamos revitalizar su dignidad como personas.

Julián Barrio Barrio,Arzobispo de Santiago de Compostela

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