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25 Feb

Carmen Menéndez, odontóloga y voluntaria de Cáritas: «Ves la satisfacción de las personas a cambio de dedicarles un ratito»

Afirma que la odontología se está convirtiendo en una profesión femenina

 Irene Martín ( La Voz de Galicia)

Es hiperactiva y solo se dedica a «trabajar y trabajar». Carmen Menéndez Valdés (Santa Clara-Cuba, 1994) es de ascendencia española, pero de padres y abuelos cubanos. «Todos en mi casa eran ingenieros y profesores, pero desde niña yo quería estudiar Medicina. Al llegar a la facultad me gustó tanto la odontología que opté por esta especialidad, que cada día me gusta más. Porque, para mí, la odontología no es todo el rato igual, así que no me aburre. Haces un empaste, colocas un implante, haces una extracción… incluso la cirugía, ninguna es igual a otra. La cirugía es lo que más me gusta. Cuanta más sangre, mejor. La cirugía, abrir, fue siempre lo que más me interesó», subraya la doctora Menéndez, que tras graduarse hizo un máster de tres años en medicina y cirugía oral e implantología en la propia USC.

La salud bucodental de la población ha mejorado mucho, no tiene nada que ver con lo que ella veía en la carrera, aunque lo más común que se ve en la clínica siguen siendo las caries, explica la joven especialista. «Hay avances continuos en tecnología dental y materiales, pero los procedimientos son los de siempre. Los escáneres intraorales, por ejemplo, evitan los incómodos moldes de pasta en la boca. Y en cuanto a estética, el paciente cada vez te exige más. Aunque vaya a la consulta por una caries, quiere que no se note, que el diente le quede igual que antes. Lo cierto es que hay una demanda creciente de servicios dentales asociados a la estética», indica. Y aprovecha la ocasión para recomendar el uso del cepillo y la seda: «Los niños deben cepillarse los dientes tres veces al día, que lo lleven al cole. Y la pasta debe contener flúor».

La hermana María Fe, una monja que en Cáritas se ocupa de la asistencia en prisiones, conocía a la familia de Carmen, así que en el 2015 le propuso participar en el proyecto de sillón dental solidario que se estaba gestando en la sede de Carreira do Conde. Y no lo dudó. «Desde el primer día estoy con el doctor Gelabert. En aquel momento yo estaba en tercero de carrera. Un buen día me preguntó si quería conocer una clínica de verdad, me llevó a su consulta particular y hasta hoy. Tuve mucha suerte. Es muy fácil trabajar con él. Es mi padre en la odontología» afirma la doctora Menéndez, llena de agradecimiento y haciendo votos para que no se jubile. «Al sillón solidario voy los viernes por la tarde. No pasa nada por dedicarle unas horas a la semana. Es un ratito de mi tiempo y, a cambio, ves la satisfacción de muchas personas», añade.

Camino de cumplir nueve años, impulsado y atendido principalmente por Manuel Gelabert y Carmen Menéndez, el gabinete dental de Cáritas suma más de setecientas fichas de pacientes. «No hay un perfil definido de usuarios, hay de todo, incluso niños. Practicamos una odontología básica —empastes u obturaciones, prótesis removibles— y el laboratorio Elidente nos hace un buen descuento. Las extracciones las cubre la asistencia sanitaria pública, así que nosotros no las hacemos», advierte.

Esta mujer que vino de Cuba con sus padres cuando tenía once años para residir en Vigo, estudió la carrera en Santiago: «En el grado de odontología había diecisiete chicas y solo tres chicos, mientras que en el máster éramos tres chicas. Se está convirtiendo en una profesión femenina. Siempre tuve que estudiar mucho para conseguir lo que quería, así que ahora lo que hago es trabajar, trabajar y trabajar». Carmen nunca ha vuelto a Cuba, es un viaje que tiene «pendiente», confiesa. «Allí tengo mi casa, que curiosamente hoy es de Cáritas, y aún conservo amigos en la isla», cuenta la odontóloga. Todo por ganar y vivir.