«No son héroes como los de los cuentos, pero dedican su vida a los demás»
Más asistencia que nunca a la Cena del Hambre de Cáritas de Vimianzo, con 285 personas respaldando el trabajo en Mozambique de la misionera Estrella Arjomil
Patricia Blanco (Carballo/ La Voz)
«Los misioneros no son héroes, no son héroes como los de los cuentos infantiles, que van a caballo, luchan contra mostruos, dragones… Los misioneros son otra cosa, se trasladan a todos los países del mundo para dedicar su vida a trabajar por los demás». Así inició Carmen Vázquez, directora adjunta de Cáritas de Vimianzo, la presentación de la nueva edición de la Cena del Hambre celebrada en el centro comercial Fonte dos Cabalos. Unas 285 personas, cifra el párroco, Daniel Turnes, más que nunca, respondieron a la convocatoria, pese a ser de noche, pese al frío y pese a la lluvia. ¿El fin? Ayudar a la labor que Estrella Arjomil desarrolla en Mozambique.
Vázquez incidió en la cantidad de misioneros españoles actuando en el mundo: «Se van muy jóvenes, y pasan su vida allí», por más que las circunstancias sean adversas. «Y una de esas misioneras es la nuestra, digo la nuestra porque Estrella es ya de todos los vecinos, y por eso en Cáritas preparamos esta cena anual para que allí, en Mozambique, ayude todo lo que pueda. Deseamos que lo siga haciendo por mucho tiempo», afirmó. Todo el encuentro, y para él también tuvo palabras el propio Turnes, tuvo en su memoria a Manuel Pérez García, primer director y fundador de Cáritas, fallecido este pasado mes de febrero: «Trabajó muchísimo. Para él lo más importante era Cáritas, haciendo lo posible, y muchas veces lo imposible, para que todas las personas que se acercasen estuviesen bien atendidas. Y no se acercaban iba él, puerta a puerta», evocó Carmen. Por eso demandó armen para él un cariñoso aplauso. Seguramente, como dijo el sacerdote, estaría encantado de ver cómo ha crecido esta cena que empezó impulsando en el salón parroquial, con una veintena de personas, y en la que este viernes no quedaron lejos las 300. No pocos han colaborado para que sea posible, y a todos agradeció Vázquez: al Concello y a su alcaldesa, a los encargados del mobiliario, a los propietarios del local, cedido para la ocasión, a los comercios y empresas que donaron nada menos que 75 regalos para los sorteos, a todos los particulares que hicieron llegar su donativo incluso no pudiendo acudir a la zona, a las cocineras y por supuesto a los comensales, que como ya es tradición degustaron arroz y huevos, comida por la que en Mozambique darían mucho. Todo transcurrió, explica Turnes, en un gran ambiente.
Contribuyó a ello la propia presencia de Estrella Arjomil, natural del lugar de A Valiña, quien pudo explicar de primera mano todo lo que se hace con el dinero enviado. Pruebas contra ese tópico que a veces se escucha de que el dinero se da, «pero a saber se chega». Sí llega, y ayuda a que Arjomil, que lleva más de tres lustros en este país, los últimos siete años en Cabo Delgado, zona en guerra, pueda actuar en muy diversos frentes: educación, problemas de agua, lepra, formación de voluntariados, creación de activistas o la Fundación Casa da Providencia, prestación con gran empeño en dar una alternativa a los mayores. «No quiero dar una imagen de penuria, porque creo que ya todos estamos rodeados, saturados un poco de ver desgracias. Lo que quiero es mostrarles lo que hago y lo que se hace gracias a la ayuda de todos ustedes. No es el proyecto de Estrella, es de todos, de la parroquia, de Vimianzo, ustedes lo están viendo crecer, quiero que esto sea nuestro proyecto», afirmó, tras agradecer a todos quienes hacen posible esta iniciativa que revierte, ya no solo en mejoras materiales, sino también humanas.
Hace dos años que Arjomil no volvía a su tierra natal, donde ahora pasará unas semanas, previsiblemente hasta inicios de abril. Todos se quedaron sumamente contentos con la asistencia a una jornada que, faltando todavía las cuentas exactas, ha podido recaudar 3.200 euros, a lo que habrá que sumar las colectas en las parroquias del municipio.