Cáritas Arousa busca voluntarios para paliar las bajas por la amenaza del covid-19
Muchos de los colaboradores de la oenegé están en edad de riesgo
Antonio Garrido
La Voz / Vilagarcía
No es pequeña la cifra de personas que colaboran de manera más o menos habitual con la multitud de actividades que desarrolla Cáritas en Vilagarcía. Sin embargo, la amenaza del covid-19 ha complicado la organización de la oenegé, que necesita de manera más o menos urgente que aparezcan voluntarios para poder llevar a cabo sus tareas sin agobios. Porque el covid-19 también la ha golpeado. No de una forma directa, afortunadamente, pero sí lo ha hecho porque su sombra es alargada. El principal problema es que la mayoría de los ciudadanos que suelen aportar de manera habitual su granito de arena en forma de trabajo directo son personas de riesgo por su edad y, por lo tanto, han tenido que abandonar algunas de las tareas que realizaban Y, a pesar de que desde la oenegé lo han intentado con distintas campañas, no han conseguido enganchar todavía a suficientes jóvenes como para que el relevo esté asegurado.
Sí es cierto, según apunta el responsable de Cáritas Vilagarcía Paco Fernández, que hay un buen grupo de jóvenes que colaboran de manera habitual con la entidad. De hecho, son los que se encargan de preparar los bocadillos para las cenas en el comedor social, por ejemplo, pero la amenaza del inicio de curso, y con ello la posibilidad de que por horarios o lugar de estudio tengan que abandonar esta labor, pende sobre la oenegé. Y, teniendo en cuenta que la amenaza del covid-19 no parece que se vaya a disipar de un día para otro, hay cierto atisbo de preocupación ante lo que pueda pasar.
Cualquier persona puede colaborar con Cáritas. El proceso para hacerlo se arranca con una llamada de teléfono al 986 565 391 en la que se fijará una cita para realizar una entrevista personal. En ella, el interesado (a partir de los 16 años con una autorización paterna ya se puede colaborar) conocerá las distintas posibilidades que la oenegé ofrece para ayudar, que son muchas más de las que se podría pensar. Evidentemente, si no quiere estar de cara al público, trabajando en el comedor social por ejemplo, puede evitarlo, pero esto no implica que no tenga otras muchas tareas en las que puede echar una mano porque el abanico es muy amplio.
Son alrededor de doscientos los voluntarios que aparecen en la lista de colaboradores de Cáritas. La relación parece amplia y de hecho lo es, pero la cifra comienza a menguar cuando se bucean en las características de cada uno de ellos. Hay quienes acuden una vez a la semana; otros, una vez al mes y, otros, una al trimestre. Y hay quienes están en la relación, pero para eventos muy determinados, como puede ser la exposición Caritarte o la medio maratón solidaria. Todos recibidos con los brazos abiertos por la entidad, evidentemente, pero la cifra adelgaza mucho cuando hablamos de los disponibles para el día a día. Porque en Cáritas tienen muy claro que, teniendo en cuenta la amenaza que presenta el covid-19, lo fundamental es intentar minimizar el riesgo que la enfermedad supone, sobre todo en personas de edad avanzada. De ahí que, aunque las bajas obliguen a hacer un mayor esfuerzo a los que no están en edad de riesgo, hayan tomado esa decisión. «Pouquiño a pouco», resume Paco Fernández, que confía en que las llamadas a la colaboración que vienen realizando acaben por dar sus frutos.