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31 Dic

CELEBRACIÓN RELIGIOSA EN LA TRASLACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGO

Monseñor Prieto Fernández, “los cristianos tenemos aquí una responsabilidad única: ser testigos de la paternidad de Dios y de la fraternidad de Cristo”

Santalices: “Galicia e Santiago avivan decote unha tradición milenaria que transforma, para ben e para sempre, a cantas persoas viven a experiencia do Camiño»

 

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices Vieira, que actuó como Delegado Regio, pidió por la paz “ sempre, é tamén neste día”. En su respuesta monseñor Francisco José Prieto Fernández arzobispo de Santiago, afirmó que “tenemos en las manos, y en el corazón y en la vida, una tarea irrenunciable e inexcusable: hacer de la fraternidad el sustantivo constituyente de la vida humana”

La tradicional fiesta de la Traslación del Apóstol Santiago, que se celebró en la Catedral totalmente llena de fieles, es una tradición instaurada por Felipe V en el año 1646.

 La paz

En su condición de delegado regio el  presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices Vieira, en su invocación  pidió por la paz “pedimos pola paz sempre, tamén neste día”. Santalices invoco a la protección del Apóstolo Santiago, “de maneira que continúe desempeñando o seu cometido con acerto, neutralidade e rectitude» .

Refiríendose al Xacobeo, Santalices recordó que “Galicia e Santiago avivan decote unha tradición milenaria que transforma, para ben e para sempre, a cantas persoas viven a experiencia do Camiño».

Mencionó al  “inmenso legado da emigración galega, unha xesta de proporcións planetarias, sempre presente na nosa memoria», al tiempo que trasladó su “homenaxe e recoñecemento ás mulleres galegas de todos os tempos, sobre as que pivota a forza da nosa terra, na Galicia territorial e na Galicia universal”.

 Conflictos bélicos

Los diferentes conflictos bélicos que se libran en la actualidad centraron buena parte da ofrenda presentada por el presidente del Parlamento de Galicia. “O brutal ataque terrorista de Hamás contra Israel desencadeou un enfrontamento que ensombreceu a guerra que se libra en Ucraína desde hai preto de dous anos contra unha invasión inxusta e contraria ao dereito internacional. E así sucesivamente», aseguró.

La fraternidad

En su respuesta monseñor Prieto afirmó que “tenemos en las manos, y en el corazón y en la vida, una tarea irrenunciable e inexcusable: hacer de la fraternidad el sustantivo constituyente de la vida humana”. En su homilía, constató que los cristianos tienen una responsabilidad única: “ser testigos de la paternidad de Dios y de la fraternidad de Cristo. Tenemos que mostrar en concreto que ambas son capaces de engendrar vida y compañía, cercanía y esperanza en los que se ven arrinconados en la soledad, desvalidos en su orfandad y errantes en esa terrible tierra de nadie que es la marginalidad, escenario de un drama del que todos somos actores, mucho más que espectadores”.

Al servicio de la vida

En este sentido, el arzobispo hizo una invitación a ser testigos al servicio de la vida, entendida como don de Dios y como tarea humana, promotores de una cultura de la dignidad del hombre y de todo hombre: “Debemos desarrollar todo lo que significa “cualidad” de la persona en cuanto individuo original, diferenciado de los demás seres, capaz de amor y libertad responsable, y llamado a crecer en la convivencia y el diálogo social”. Y añadió “Tenemos en las manos, y en el corazón y en la vida, una tarea irrenunciable e inexcusable: hacer de la fraternidad el sustantivo constituyente de la vida humana y, por supuesto, del ser y hacer del cristiano, de la Iglesia en medio de la sociedad”.

Meta de los caminos

Refiriéndose a Santiago de Compostela, como meta de los caminos que conducen a la tumba de uno de los Zebedeos, Santiago el Mayor, monseñor Prieto indicó que cada ruta que conduce a los peregrinos hasta el sepulcro del Apóstol “expresa también la búsqueda de itinerarios comunes, sin ningún atajo y sin ninguna distracción o dispersión, en el cual la escucha pasa a ser primordial a pesar de las diferencias”.

Los pueblos del mundo

El prelado compostelano finalizó su homilía poniendo sobre el Altar a todos los pueblos del mundo, “especialmente os que seguen sufrindo o drama da guerra, da fame que tantos exilios forzados provoca; a todos os pobos e xentes de España, da nosa querida Galicia, ás nosas familias, que sigan sendo, nestes momentos de crises e incerteza, berce da vida e da fe, onde todos, especialmente os nosos nenos e anciáns, sexan coidados, queridos e consolados”. Y pidió por aquellas personas que ejercen responsabilidades públicas: “para que adiquen os seus mellores esforzos ás esixencias do ben común e ao empeño por construír unha sociedade en paz, cimentada na verdade, a xustiza e a liberdade, onde servir sexa sempre o horizonte da responsabilidade social, por riba das lexítimas diferencias políticas”.